Deshojando la margarita
Un buen día la vi caminar calle abajo con la cara cabizbaja
maltratada por la vida, dejada a su suerte sin doliente ni
futuro, era Margarita.
Recordé entonces cuando fui a ella en la Universidad, fue en aquella
protesta frente al rectorado, Margarita, radiante de belleza y
juventud esgrimía un estandarte y su voz aguda y melodiosa
resonaba por encima de los gritos del gentío, nuestra protesta
había sido todo un éxito, el Rector hablaría con nosotros y
juntos buscaríamos solución a los problemas que en esos
momentos nos aquejaban, quise celebrar con ella y tímido me
acerqué para ofrecerle compañía, rió de buena gana, su cuerpo
firme y exuberante vibró dentro de su tenue vestido corto como
mis esperanzas, y me dijo: “Otro día amigo Poh, ahora voy a
salir con los chicos del equipo de fútbol” y tomada a diestra
y a siniestra por dos adonis lujuriosos me dejó. A partir de
ese momento me dediqué a amarla en silencio, a perdonar sus
desplantes, a sentirla en mi alma como a una eterna ausente,
también la vi desparramarse entre brazos masculinos, hasta que
nos graduamos y se apartaron nuestros caminos.
Comencé a crear un sendero para mi vida pero no la perdí de
vista, supe de sus constantes devaneos, supe de sus
incontables aventuras. Te quiero, no te quiero, rubios negros
y de otras razas, todos deshojaron la margarita; te quiero, no
te quiero, pétalo a pétalo la fueron desnudando.
Ese día, cuando se cruzaron nuestros pasos, vi la vergüenza
retratada en su mirada, no quiso mirarme a la cara aunque se
que ya me había visto.
¿Porqué, Margarita de mi alma? ¿Acaso te juzgué alguna vez por
el giro que diste a tu vida? No la juzgo, solo caminare sobre
sus pétalos caídos a la espera de tan solo una palabra.
Margarita, no me importa que te encuentres deshojada, tu cáliz
intacto conserva tu corola, y aunque en ella permanezcan en
mengua pocos pétalos, subyace la semilla que da el fruto con
amor.
Me ama, no me ama, me ama, no me ama, que me importa lo que
decida a última hora el pétalo ganador, yo con gusto me quedo
con la flor, me quedo con la semilla, me quedo con el amor.
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