Estela sentada en medio de la cama, la misma cama que compartía con su clientela, meditaba sobre su vida, lo único que le producía esa meditación era miedo, temor al tiempo perdido, al cuerpo entregado, usado, ultrajado, a la poca fe que le puso a esta vida que le fue entregada como instrumento de aprendizaje, la tenue luz de una vela amarilla, aquella que le daba a su cuarto el entorno perfecto para su trabajo, ahora le molestaba, le traía malos recuerdos, le dejaba sabor amargo en la boca... Estela como pudo se levantó y apagó la vela mientras entonaba una cancioncilla con voz entrecortada..
"Adiós muchachos compañeros de mi vida la la la...."
Su cuerpo que ya no da más, duele..... Sus manos resecas, su cara el lienzo del tiempo, su alma...perdida...
Lento y dando tropezones se volvió a tirar en la cama, la botella de ron vacía, se la bebió completa para poder ingerir aquel frasco de somníferos que acababa de ser la cena de aquella noche endemoniada en la que ya no podía mas con sus existencia desperdiciada y mal habida... Sus ojos fueron recorriendo cada rincón de su habitación como queriendo recordarla a plenitud, se quedaron clavadas en aquella foto, la única que tenia de su hija, esa hija que había regalado al nacer, porque mas que una bendición le era un estorbo, y así con sus ojos clavados en la pared se quedo Estela, de su boca ya torcida en la que solo un leve sonido ponía final a su historia....
"Adiós muchachos compañeros de mi vi............."
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