Empiezas sola tu día, despiertas sin mí, enorme tu cama para ti sola, grande es la habitacion si no la compartimos y nadie que te prepare el desayuno por la mañana. Transitas libremente por la casa, chancleando como sabes no me gusta por el ruidillo molesto que haces a cada paso.
Transcurre el día como siempre, ocupada con tus cosas te olvidas de mi, de las cosas que un día pudimos hacer juntos y llegas de tarde a casa, sin nadie que te diga: "¿Qué te preparo pequeña? ¿Vienes cansada?"
Te dispones a dormir, y después del baño te pones esa pijama que sabes detesto pero no importa, nunca te digo nada. Te recuestas, y al quedarte dormida despiertas de pronto sobresaltada escuchaste la puerta que cerré tras mi paso, me meto a la cama contigo.
Te beso tiernamente, acaricio tus hombros y recorro con mis manos tu espalda, te beso ahora apasionadamente, te estremezco toda a cada bocanada de aire que te robo con mis besos mientras se te eriza la piel, te abrazo fuertemente hasta tronar tu espalda, sabes cuanto te extrañé.
Nos quedamos dormidos después de hacer el amor, respiras tranquila y sin preocupaciones después de platicarme cómo fue tu día, yo me dedico a leerte un poco mientras te duermes...
Despiertas, no hay nadie junto a tí, sólo el recuerdo de mis manos de nunca haber compartido esa cama en la que amaneciste hoy, todo fueron las quimeras que fabricas desde hace ya tanto, sin mi voz de consuelo y certidumbre, sin mí, sin ti.
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