Me voy
porque cuando las deslealtades
dibujan horizontes en pupilas ausentes,
es inevitable izar nuestras velas
en el muelle de las soledades.

Me voy
Porque cuando el amor se hace trizas
y los vidrios rotos destrozan tu suelo,
es triste ver un naufragio
sin el azul de su mar y su cielo.

Me voy
porque la esperanza muere sumergida
en la maleza que crece y crece,
hundiéndonos sin consuelo
en los reflejos de aguas endurecidas.

Me voy
porque las ausencias arribaran empapadas
al primer eco húmedo de tu nombre,
encontrándome con las horas agrupadas
solo en un desierto de arenas.

Me voy
antes que la tristeza aprisionada
me clave su espina envenenada,
dejándome tardes desoladas
y un mar de despedidas implantadas.