Que la candidatura madrileña a la organización de los JJOO 2012 era una utopía lo sabíamos todos los que no vemos demasiada televisión. A pesar de la ingente inversión en desarrollar un proyecto creíble, que por otro lado parecía ser el mejor conformado de todas las opciones que se presentaban; la realidad nos decía que nuestras posibilidades eran escasas ante un COI que se mueve lamentablemente por muchos motivos, pero que no tienen nada que ver con la diplomacia o el deporte.
Ha sido encomiable la ilusión puesta en el empeño por la organización de los juegos por parte de la clase política, al menos durante unos días; aunque habría que apelar al sentido común a la hora de crear expectativas, dicen que en ciertos barrios de Madrid los precios inmobiliarios se habían disparado… aún más.
Pero aunque de antemano se conocieran las pocas probabilidades de éxito de nuestras pretensiones organizativas, no deja de joder el asunto de la pregunta de Alberto de Mónaco.
Y es que el díscolo heredero podía haber formulado la pregunta sobre la seguridad en las instalaciones deportivas madrileñas en cualquier momento del proceso selectivo que dura ya años, pero no, lo hizo justo antes, minutos antes de la votación definitiva y que dejó en “semifinales” a la opción madrileña.
Después, sin que nadie se las pidiera se deshizo en excusas; sin que nadie dudara de ella, defendió su honorabilidad… y sin que nadie lo mencionara, negó tajantemente que hiciese la pregunta de marras por encargo de un tercero.
Así las cosas, nos hemos quedado fuera con la inestimable ayuda del máximo dirigente de un país, miembro de pleno derecho en todos los foros internacionales… pero que además es un paraíso fiscal no cooperativo según la lista oficial de la OCDE, esto es que no contribuye a esclarecer la procedencia de fortunas altamente sospechosas de estar amasadas a base de proxenetismo, narcotráfico, terrorismo y expolio de naciones…
El príncipe Alberto se interesa por nuestros problemas de seguridad teniendo en casa pendientes de firmar tratados internacionales de derechos humanos. Está preocupado por el terrorismo en España quedándole pendiente por ratificar la adhesión a la Corte Penal Internacional, el tratado de Kyoto y la Declaración del Milenio. No duerme pensando en la protección de los atletas mientras se hace el “sueco” con respecto a varios requerimientos de informes por parte de tribunales internacionales sobre derechos de la mujer, pornografía y prostitución infantil… parece mentira tanto despropósito en un estado tan pequeño.
Los desgraciados acontecimientos de Londres justo el día después de su designación han venido a dejar bien claro que todos tienen porqué preocuparse y que en el tema de la seguridad, actualmente cualquiera puede quedar en entredicho.
Siempre me ha caido mal este Alberto de Mónaco; además de pertenecer a la nobleza es un impresentable y un malcriado… podría llamarle también “maricón”, si ello me pareciese un insulto; pero en vez de eso lo llamaré racista, por negar de antemano el derecho a la sucesión a un hijo al que previamente acaba de reconocer, debe ser que determinados colores no combinan bien con el principado.
|