Ayer vinieron los ladrones, entraron a mi casa y se llevaron todo, recuerdo que este nido de amor a orillas de un riachuelo, surgió de la nada, sudando mis manos y mi frente por amor a Indiana, y al principio fue un nido acogedor, con una pequeña chimenea que solo era de lujo, porque en las noches de frío nos dábamos calor con nuestros cuerpos, pero después vino mi primer aumento de salario, y con él llegaron la teles de 72 pulgadas, el video bean, las dos compu atlón de 4,8 gigas con dico duro de 80, que créanme, no se que significa, solo se que cuando contaba a mis amigos de mi compu de 4,8 abrían los ojos desmesuradamente y me decían - 4,8 gigas, coño Eddy, como eres de rico Después llegó el segundo aumento y con el vinieron el DVD, los MP3 portátiles, uno para mi y uno para Indiana, el viejo Lada quedó relegado al olvido, un rugiente Eurosport lo lanzó al fondo oscuro e invisible del garaje de mi casa, era para mi esposa, porque yo sufrí el ataque de los cuarentones y me compré una moto, como si con ello pudiera volver a la virilidad inagotable de los veinte, las consolas de video y un enorme bar coronaron las ganancias de nuestra bien holgada vida, tanto que ya no nos necesitábamos Indira y yo, entre tantos cachivaches nos habíamos ido olvidando uno del otro, esta mañana, mientras la policía hacia su trabajo, nos sentamos en el suelo a beber café en el mismo jarro que amablemente nos había prestado uno de los oficiales, vi la cara de mi amada, ella me dijo estás más viejo yo le dije estas más bella, aunque un poco gordita - ella me retiró una cana del bigote, yo le vi una picada de mosquito tras la oreja, y entonces, como una iluminación divina, repentinamente comprendimos que poco a poco nos habíamos sumergido en un consumismo absurdo que nos había hecho olvidar cuan maravilloso era lo que sentíamos el uno por el otro.
Ayer vinieron los ladrones, a enriquecerse con el fruto del esfuerzo de este joven matrimonio venezolano, y a reavivar un amor que hace rato estaba dormido y posiblemente condenado a morir por un consumismo extremo entre miles de trastos sin verdadero valor
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