Los días eran interminables en la terapia intensiva, abrazado por tubos y mangueras. El aire no le pertenecía más y todo pasaba a ser un artificio. Lo invadía el olor de la asepsia cuando repentinamente se levantó decidido de la cama, acompañado por una seguridad absoluta caminó hasta la puerta. Tomó el picaporte y sintió la fuerza. La abrió y dió el paso restante. Allí estaba él mirándolo fijo a los ojos. "Acercate hijo", pronunció la voz gélida.
"Padre, eres tú?"
Texto agregado el 24-12-2002, y leído por 330
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Lectores Opinan
18-07-2003
impresionante, y apesar de que es corto es más llevadero que cualquiera
ginny
25-12-2002
Con voz cálida te digo que sigas escribiendo, César. Me ha gustado mucho! moebiux