Colchagüina.
( Poema campesino )
Un rancho de adobe,
maderos y tejas rojas,
un horno de barro, dorando el pan,
verdes praderas invade el ganado,
largos parrones entretejen la vida.
La Rosa, con sus trenzas negras,
un mechón rebelde acaricia su mejilla,
baldosas rojas, antiguas, desgastadas,
en el largo corredor que rodea la casona,
fija su mirada, hacia el valle, a los cerros.
Escucha un veloz galopar
el corazón le avisa que ya viene su Manuel,
desmonta el huaso, la toma por la cintura,
la besa con ternura y busca su mirada,
ella lo esquiva, lo mira pensativa.
Ojos entornados, labios de corazón,
benaiga, mi reina, que tá triste hoy día
parez q´la noche silenciosa me la robó,
tá linda mi niña, ojitos de almendra
carita de luna, mirada de miel.
La Rosa sonríe, se toma la falda
valsea su voz, le toma la mano,
rompe el silencio, busca sus ojos,
no toi triste, no miro la noche
solo miro el alba que invade mi sentir.
Te daré un hijo, que lleve tu nombre,
que cante y que baile, que juegue contigo
que monte tu yegua, que arree el ganado
que duerma en mis brazos, mullidos de amor
que escuche tu nombre, tu voz y tu andar.
Su manta será el monte, tu huella, la suya
el arroyo su canto, los sauces su mansión,
Manuel emocionado musita su sentir,
lo veo, mi niño vestido de sol ,
ojitos de almendra, mirada de miel.
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