Descarga de equipaje
Cuando dieron las 6:30, Josefina se marchó del hotel, traía consigo muchas maletas, estaba enmudecida, ató las maletas con una soga que amablemente el botones le alcanzó, y decidió arrastrarlas, hasta el aeropuerto, estaba segura que no demoraría más de una hora en llegar, mientras discurría por las calles, hacía reminiscencia de la noche anterior con su marido, sudoroso, de figura perfecta…
And now, the end is near,
And so I face the final curtain**.
De músculos ejercitados, afianzando las caderas de aquella muchacha rubia y más joven que Josefina, entonces se dio cuenta que lo que en algún momento pensó se trataba de una treta, no era más que un favor y un motivo, para terminar por fin con la simulación que venía siendo su matrimonio, no hizo escándalos pues los amantes estaban tan compenetrados en su ritual, que ella sin hacer ruido se marchó, caviló que eso no podía pasarle a ella, que eso sólo se ven en las telenovelas mexicanas, pero al final comprendió que era real.
Después de tomar el café decidió dejar su ropa entre la gente que pasaba frío durante la noche, que para ella ese frío no era más que una compañía discreta y gratificante, poder sentir algo… tener por acompañante a alguien que te eriza los vellos de la piel, pero esta vez no de miedo ni de estupefacción si no de tranquilidad.
I've loved, I've laughed and cried,
I've had my fill - my share of losing.
But now, as tears subside,
I find it all so amusing**.
En el último vestido que regaló comprendió, que felizmente no hay retroceso.
**My Way, versión de Frank Sinatra
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