El gentío agolpado y fusiforme me divisa
allá, al final, donde apunta mi coronilla
de cabellera envuelta en tules de oxígeno
volviéndose pequeños mis ojos,
diluyendo mi vaho humedad,
amnesia y estupor, de finales días aciagos…
La caída se hace incomparable
la delicia del vértigo, invade mi estómago
y sé que este medio día
se marcha al cambio del semáforo
ya pronto mi sombra se partirá en el pavimento…
Quisiera caer en pompas multicolores…
Hay anhelos que encuentran la razón
en horas próximas a un final irremediable.
Texto agregado el 09-07-2005, y leído por 184
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