Mirad, existencia infinita
el suelo que errantes
los hombres pisan.

Soñarais adormecida
lejanías andróginas,
embriagarais adolorida
sus distancias rotas,
beberías enardecida,
cuan dulce néctar,
el que osaste posar
en nuestra sombra,
esculpirías al hombre
esclavo de sus placeres.

Subiré la colina viril;
cuan rostro de fina porcelana,
endeble osare mirar
al hombre existente,
Lo haré mientras tu
deshojáis mi ignorancia,
lo harás sobre mi empapada infancia.

Más mi lujuria
yace tras la almena,
tu fragancia envenena
a quien te rodea.
Mirad existencia infinita
el suelo que errantes
los hombres pisan,
miradlos por favor,
miradlos como se pisan.

3/6/2003