Yo iba caminando por la calle en una oscura noche de pleno invierno, hacia frío y el viento por momentos congelaba mi respiración y lograba paralizarme. En un momento me senté y me prendí un cigarro me quede a disfrutarlo ahí, contemplando las casas y el lugar. De repente un extraño pensamiento invadió mi cabeza. Por un momento pensé que si el pasado no fuera como fue, yo no seria quien soy y nada seria como es. ¿Qué pasaría si mis padres no fueran mis padres? ¿Yo no seria yo? ¿Sofía existiría? Nunca creí que por mi cabeza alguna vez iba a aparecerse un pensamiento semejante.
De repente sentí pasos y de apoco fui bajando de mi imaginaria nube, la que era muy confortable y me hacia sentir bien. Podía cuestionar todo sobre todo, aunque sin estar en ella también lo hacia, pero en ella me invadía una gran paz y tranquilidad. Esos pasos serian de alguna persona que si yo no fuera yo habría conocido, que si mis padres no fueran los que son, estaría a mi lado. No lo sabía, eso era obvio.
Termine mi cigarro y seguí caminando como en un principio pero con la innovadora idea que rondaba en mi cabeza. Volví a escuchar suavemente esos pasos y ahí vi su silueta dibujada en el suelo, era extraña la podría llamar diferente como yo. Cuando di vuelta a la esquina lo vi. Tenia pelo claro como si a toda hora lo iluminara el sol, ojos color cielo y con la forma de una almendra, esa mirada era completamente inspiradora de amor. Era delgado de piernas largas, con sus extrañas vestiduras a las que les daba su pequeño toque personal. Por obra del destino o no se como llamarlo, lo peche con la mochila y le tire un montón de papeles que llevaba en sus manos. Instantáneamente nos miramos en silencio. Lo ayude a levantar los papeles así podía seguir contemplando su hermosa belleza. Lo miraba y el a mi, las miradas eran como flechas que atravesaban mas allá de los ojos. Solo vi que no era simplemente exterior, lo que mas me sorprendió fue el misterio que presenciaba en su mirada. Toda la extravagancia que lo rodeaba. No cruzamos ni una sola palabra ni un –hola- o un – ¿cual es tu nombre?- nada. Juntamos los papeles y nos fuimos cada uno siguió su rumbo. Hacia su lugar, su momento y su vida.
Nunca mas lo volví a ver y volví simplemente a mi infeliz vida, nunca ame, nunca sentí como ese día, pero si en algún momento de mi pequeña existencia pudiera hacer algo por mi, seria volver el tiempo atrás. Poder cambiar los hechos en mi mente y así cambiar mi presente y mi futuro. Mi vida. Solamente cambiaria ese día, el día que no le dije –hola, mi nombre es Sofía. ¿Cual es el tuyo?-
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