III

lo que queda de mi después de 48910195,221,45259,428,51.
ey. te pregunto dónde estás. en el trabajo, respondés.
una nena revienta un globo para asustar a su gato.
él dice que no lo entendió mucho. arriesga una bomba que se desintegra.

hizo una mala asociación, pero igual soy lo que queda de mí
después de diversas mierdas que me consumen
y ya no llores nena, todo eso es vano, como no dormir
canta un pescado rabioso meloso.

lo que yo llamo nihilismo bien entendido,
se sabe tal y a partir de eso es impune
y puede criticar todo lo que se le antoje.
él no cree en nada de eso, pero le gustaría darme un abrazo.

y a mi también. pero no le llega mi ¿cómo estás?
sólo me cuenta de una abejita y que uno de mis lovers
lo provocó en un pasillo y el tuvo que masturbarse.
también me habla de un bicho que los dos detestamos.

eso es lo que hace. histeria. historia histérica.
historia de la humanidad. esa. y esta también.
ahora contame algo que no me haga mal. si eso no te hace mal.
lo fallido de mi olfato seudo amoroso.

¿quién fue el boludo que se escandalizó?
que si es gay o no. qué me importa.
¡Salinger!”, grité entonces.
(uno cree ver a Salinger
en todas partes del mismo modo
que otros afirman que la Virgen María
se les apareció en un sandwich medio mordido
o Jesucristo en una mancha de humedad en el techo)*

dice: no sé por cuánto tiempo más voy a soportar tu desprecio.
no mucho más, quedate tranquilo.
dice: en fin, ¿cuándo te abrazo?
en alguna otra vida que sea más vida y menos farsa

todo golpea. todo hiede. el dice: estás confundida.
seguramente. ¿acaso importa?
bofetadas. agresividad. soy violencia porque de eso me contruí
es asco lo que mamamos en el world.

dice que no es así, que estoy equivocada.
y necesitada de cariño, que el amor suprime a la violencia
y la hace desaparecer. yo respondo:
el amor es un clishé. otro de tantos.
pero sí te quiero.

la única verdad es la contradicción.
nada es estático. ese es el principio del cambio,
todo acabará contradiciéndose
tengo que aprender a no pedir perdón.
pues ya no logro hacer zumbar su corazón.








*sobre un texto te Rodrigo Fresán.