Iago construyó una cometa, no era una cometa normal, era una cometa de ilusiones,
Cada letra, cada palabra, cada sueño hacían parte de su cometa, cada beso, cada roce, las miradas, todo lo colgaba de su cometa mientras ampliaba la extensión del hilo. Me gustaba mucho, la hacía volar lejos, muy, muy alto, una cometa de ilusiones futuras llena de recuerdos. Él quería ser como la cometa: volar muy lejos, él quería ir sin volver.
Iago construyó sus sueños he hizo volar su cometa, hasta que la perdió de vista y se dio cuenta de que su cometa de ilusiones ya no le pertenecía, la dejó libre con el viento y su destino. Él no lloró, sólo empezó a vivir su realidad.
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