Y se seguía escuchando el ruido de la mecedora desde aquella habitación oscura, dejada de la mano de Dios.
En ella reposaba un hombre mayor que solo podía recordar y pensar a lo largo del día.
Hoy el hombre se dijo: "Que fácil eran las cosas cuando éramos pequeños" y tenía toda la razón, pues recordó que cuando se es infantil los errores se arreglaban diciendo: "Empezamos otra vez" o que tener mucho dinero solo significaba comprar mas casas jugando al monopoly o comprando un helado. También recordó que cuando eres pequeño llenar un frasco de hormigas te entretenía toda 1 tarde, decíamos "ES MUY VIEJO" al que tuviera más de 20 años, los globos de agua eran la más poderosa y eficiente arma que jamás se hubiera inventado.
La desilución más grande que podías sentir en esa época era que te dejaran el último en el equipo del cole o que los hermanos mayores eran el peor tormento pero también los más celosos, fieles y feroces protectores. También pensó que cuando llevabas un arma al cole eras el rey de la clase por lo menos 2 semanas.
La palabra "GUERRA" significaba tirarse las tizas unos a otros y las bolas de papel en las horas libres de clase o quitarle las ruedas pequeñas a la bici era un gran paso en tu madurez.
Y de lo que más se acordó el hombre fue de cuando hacía chabolas con los árboles podados y luego lloraba desconsolado cuando se las llevaban y cuando con solo un balón, una cuerda y dos amigos hacía el ganso toda una tarde...

El hombre se sintió feliz porque, al recordar esas cosas, supo que todavía tenía vivo el niño que llevamos todos dentro aunque esa mañana la mecedora dejara de sonar...