Las escasas veces que salía de su casa, era la atracción del pueblo, por eso las pocas veces. Los habitantes se detenían para ir a observarlo, a admirarlo, a tocarlo, a fotografiarlo. Todo su cuerpo era hermoso, en su espalda una hermosa pintura de un artista desconocido, en sus piernas cartas de locos enamorados, en los brazos recetas de calidas abuelas, en su abdomen garabatos de niños pequeños, en su cabeza el mapa del mundo entero, en su cara cuentos de grandes escritores y en sus manos y pies románticas poesías de románticos poetas; quizás si lo seguías mirando seguías descubriendo, pero salía poco de su casa, por lo de la atracción, no le gustaba, ser una atracción, un fenómeno, un ser hecho de papeles sacados de quién sabe dónde.
Se lamentaba y se escondía y esperaba tristemente los escasos días que debía salir de su casa, que debía salir a que los habitantes del pueblo lo observaran, admiraran, tocaran y fotografiaran.
papelucha
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