En esa lluvia de noviembre vi caer tu cuerpo, sentí tu sangre en el altar, no sé que sucedió, aún no me convenzo de tu partida,
¿Por qué? ¿Por qué justo en este momento?
¿Por qué Dios me castigaste?
Todavía me pregunto ¿Por qué te fuiste?
No entiendo, no merezco este tiempo,
justo hoy ¿Por qué este lugar?
Por qué en este instante.
No tengo ganas de volar,
no tengo tiempo de pensarle,
sólo quiero dormir, sólo dormir junto a él, sólo con él.
Dios llévame, lo extraño,
lo esperé tanto y junto hoy que sería mío me lo arrancaste de mis manos,
no deseo pensar, no tengo paz,
he maldecido mil veces ese lugar,
ese momento,
te extraño.
Aún te amo con locura,
en esa maldita lluvia te fuiste,
tu cuerpo cubierto de hielo quedó en mis brazos,
recuerdo tu muerte como si fuera hoy ese momento,
estoy sentada junto a tu tumba con unas rosas en mis piernas ciegas que han llorado desde tu adiós,
y aún llueve al igual que ese día en que te perdí,
es irónico entender que estás muerto,
siempre te llevaré en mi corazón,
es grandioso y doloroso pensar que estoy sola,
hoy aún suena esa lluvia en mis oídos,
que duele tanto escucharla.
No entiendo ese día,
parecía maravilloso y fue tan triste,
recuerdo que lloré y todavía lloro sangre,
te amé y te amo,
aunque nuestro Dios no quiso que fuera real nuestro sueño.
Observo tu tumba fría,
estoy apretando una rosa para ver si regresas a mí,
llueve, llueven pétalos grises,
lluvia devuélvete, detente maldita lluvia,
detente maldito infierno, detente vida, muere destino,
matate corazón que no tengo fuerzas si no estoy con él.
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