Lo sabia bien, yo lo sabia, todos lo sabían, éramos un mayor numero de guerreros pero las flechas de los ligeros arqueros de tiro largo eran muchas, me percate esa misma mañana de que había llovido, el campo de batalla estaba tan lodoso que mis jinetes se atascaban en él, di la orden inmediata a mis hombres de que desmontaran, aun así nosotros mismos caminábamos con dificultad, me sentía inmune a las flechas de los ingleses, ni una sola me había dado, supuse se debía a que los caballos que luchaban en batalla me cubrían en cierto modo, entonces defendido me asome y divise para mi desgracia como nuestras filas se desmoralizaban, tras las ráfagas de flechas inglesas, logre avistar como nuestro monarca el altísimo Juan II intentaba que las pocas tropas que a su lado estaban siguieran luchando para detener por fin a los invasores, no podría creerlo, mi vista debía engañarme, estábamos perdiendo. Entonces desde donde me encontraba di un grito para guiar a mis soldados -¡por el heredero de Felipe!- -¡por Francia ¡- y entonces empezó la acción la infantería francesa acababa a la inglesa pero los arqueros impedían que los ingleses fueran vencidos, por fin tras atravesar a un bastardo ingles con mi espada logre ver al príncipe negro, luchaba imponentemente, intente acercármele pero una flecha traspaso mi cota de malla y caí herido. La Poitiers de Francia había caído. Me arrastre de entre los caídos e intente romper la flecha, estaba perdiendo sangre, debía salir de la batalla, -¡Frederic!- grite por ayuda, me di por vencido, sali de la batalla y me monte a un caballo, galope todo lo que pude hasta que deje que el caballo me llevara............
Respire profundamente el aire altanero que silbaba por los lindos crecientes de la gran Francia, me di cuenta que la noche anterior en la gran Poitiers se había derramado demasiada sangre, -¡Frederic!- oí mi nombre a lo lejos, -¿quien llama?-pregunte -¡soy yo, Alexander de Orleáns!- -Tu? Aquí?- contesto Frederic –si, esta guerra sé esta viniendo sobre Francia, pensamos detenerlos en un cruce al norte de aquí, he recibido informes de que pronto llegaran al canal, y he recibido la mala noticia de que Juan el bueno, nuestro rey ha caido preso en batalla- dijo informante Alexander, paso un momento y Frederic de tours-hablo a su acompañante-no necesitas decírmelo, estuve en combate, lo vi con mis propios ojos y caí noqueado al suelo, donde nos encontramos donde yacen esos cadáveres aquí, en este lugar libre la batalla junto a Frigo, el destacado espadachín que hasta el momento de mi garrotazo lo vi con vida, que tus hombres revisen los cuerpos para ver si hay rastro del- -lo haremos- asintió Alex – y pregunto a vos querido Alex, ¿cuántos soldados te acompañan?- pregunto Frederic – bueno tengo treinta arqueros a caballo, quince ballestas y de entre treinta y cuarenta soldados, cada uno con caballo, para el largo recorrido- respondió –temo, mi amigo que como se torno el asunto no lograras alcanzarlos, deberemos salir de este lugar rápido, nos internaremos al bosque y cruzaremos hasta Tours, creo que será mejor así- repuso - estimado amigo no cree acaso que poitiers caiga de nuevo si sus tropas son reducidas, acaso no crees- - técnicamente deberé acompañarles, pongamos un campamento y que se atienda a los heridos- -así será- respondió Alex.
Esa noche misma soñé con la batalla, recordé como las flechas acababan a nuestras tropas, recordé como Frigo nos ordeno desmontar, para evitar las flechas, esa noche lo recordé todo.
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