La vida es andar matando al tiempo,
Tirándolo en papeles,
Apretándolo en los dedos como a un lápiz,
Haciéndolo sangrar contra los besos,
Inflándolo de ampolla y reventarlo,
Respirándolo todo
Y respirando.
Hasta que el corazón nos entre en una mosca
Y se pierda por el aire,
Hasta que los ojos se cansen de preguntas y se callen,
Hasta que el dolor nos duela
Mas adentro que en los huesos,
Y ese adentro nos pese lo mismo que estas hojas.
Y suceder,
Como cada respiro,
Hasta que se gasten las muelas masticando
Y nos muerda el despertar en los brazos de las flores,
En el pasto de las plazas,
En la negra calle hambrienta
Que sucede y sucede masticando.
Ayer, sangro un hermano desmayado,
Y sangraron mis labios en su frente,
Y no hubo nada que decir mientras la muerte
Nos miraba sonriendo, de manos atadas al cemento.
Hoy, desperté y no había flores,
hoy, no había pasto, ni calles, ni colores claros,
Desperté en el vació oscuro de estar solo,
Sin sueños,
Y me vi suceder,
Con estas ganas de andar matando al tiempo.
|