Valparaíso 8 de junio 2005
Artículo: Viaje a Vallenar.
Misión: Caminata contra Pascua Lama
Arribamos a la ciudad, a eso de la diez de la mañana, y el sol erguido mostraba su plenitud por esos lados nortinos.
Eran dos buses que venían viajando, mas de nueve horas desde Valparaíso.
Un viaje en un principio pasivo-esto en opinión personal, porque venia de un estado no muy grato: suspender una función por falta de publico. Eso en algún momento pasa y me huele a experiencia fresca- no así, para los otros integrantes de la gran comitiva porteña que viajaba en ese bus. Un espíritu festivo, combatiente, alegre y a la vez ansioso por la pronta llegada al destino para realizar la misión rondaba por el pasillo del bus.
Con tambor, sonrisas, cantos, el viaje tomaba forma y los “misioneros-guerreros” se preparaban para la batalla a la salida del sol.
Las cosas siempre pasan por algo y la infortunada situación de suspender una función, sincrónicamente tenía que ver con el viaje; la misión de ser voz y presencia de muchas personas que no podían ir, pero que su espíritu estaba adherido al nuestro; viajar a la III región, al sector del “conflicto” y representar con alegóricos cantos, banderas, colores, música, belleza, cuerpo y corazón el rechazo al proyecto minero Pascua Lama, impulsado y con obras en marcha por la minera transnacional canadiense Barrick Gold. Una de las otras cartas bajo la manga que la familia Bush tiene a su haber en este planeta llamado Tierra, con la cual, las autoridades de nuestro país, bajo una suerte de ceguera “dolariana” firmaron acuerdos, sin la mas mínima preocupación por la gente realmente involucrada y afectada en el tema: los agricultores de la zonas de Alto del Carmen, Freirina, Vallenar, Alto Huasco y todos los sectores colindantes con los glaciares Toro I, Toro II y Esperanza, que Barrick pretende “trasladar”, en realidad destruir y que en cierto modo, ya lo están haciendo por el lado de Chile y el sector de San Juan, por el lado trasandino.
Prosiguiendo con el viaje-decía que- en un principio fue pasivo pero, a través, del desprendimiento geográfico zonal en que estábamos, fue también transmutando mi estado hasta llegar al punto de la euforia. En música y expresión. Que me dijeran, pues.
Con una guitarra mis dedos se encendieron y el canto fuego experimentó, sin consentimiento, mas que, el de querer quemar a todos los presentes del bus con la buena vibración en la cual me encontraba y que sentía con el corazón abierto, ahora, olvidando todo el presente pasado y la carga con la cual me había subido al bus.
Luego de un extenso periodo de armonización que tácitamente comencé, el bus empezó a bajar sus revoluciones y a descansar para la mañana que nos esperaba.
Sábado 4 de Junio de año 2005.
Fecha que no se olvida para todos los que viajamos a Vallenar.
¡¡Llegamos!!
Llegamos a la ciudad convocadora de la caminata nacional, y junto con impresionarme el interés de la gente que tenia por nuestro arribo, me impactó las muchas cámaras digitales, micrófonos y cámaras fotográficas que se encontraban presentes, en gloria y majestad, registrando todo lo que se les plazca.
Rara sensación tengo al saber que ningún canal de televisión, especialmente TVN, nombrara esta marcha. El bloqueo comunicacional con el tema es durísimo. Ni siquiera me imagino tantos otros conflictos que no sabemos y que encubren nuestros medios.
Caminamos desde la entrada de la ciudad hasta la plaza central de Vallenar, en donde había un escenario dispuesto para el uso de las bandas locales y porteñas que iban en apoyo a la marcha.
Entre las bandas de la V Región, estaban Estrella Negra, Huechunche, Alter latinas, Valentín, que dejaron bien puesto el nombre de la música regional y que además, dejaron al publico vallenarino con mucha energía y felicidad. También se presentaron los amigos clowns , haciendo una parodia al conflicto, satirizando a personajes como Bush, el presidente, traductores, etc. Además, lindas bailarinas, amigas mías, junto con una parte de Vientos de Bahía, mostraron un danza bajo el ritmo: Maracatu. Y finalmente, el escriba, también presentó y quiso aportar con el teatro para esta ocasión. Hice las coplas del vino de Nicanor Parra e inventé una cueca que canté improvisadamente en el escenario, como obsequio para la ciudad. Entretenido instante que disfruté con toda mi alegría y espiritualidad.
Con todo este movimiento, ya se nos fue el día.
Antes quiero mencionar, que a la llegada a la ciudad me encontré con un rostro no menos conocido: el señor Nelson Ávila, que si bien, su postura política es interesante, desde el punto de vista que no es un senador pasivo, me parece que su energía es mas bien ambigua. No quiero criticar su actuar ni sus palabras, pero es una sensación.
En el escenario había todo un programa ya estipulado pero que, para variar, sufría transformaciones a medida que pasaban las cosas. Entre las bandas habían tiempos para que personas de la zona se manifestaran contra este proyecto. Es así, como agricultores, dirigentes vecinales, microempresarios alzaron su voz y opinaron en nombre de sus representados.
También lo hizo el señor Ávila, el director de OLCA (Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales) Cesar Padilla- que importantes e interesantes cosas dijo- y muchas otras personas, fueron uno de los tantos discursos que se oyeron durante el transcurso de la tarde.
Al terminar la programación y junto al desmontaje del escenario, nosotros seguimos encendiendo una llama que ya estaba prendida.
Al ritmo de un djembe, una trompeta, unas claves, palmas, danza y los ojos, continuamos la fiesta en la plaza hasta hacer un gran circulo energético, circulo de visiones sagradas, circulo de plenitud.
Con mantras y cantos armonizamos y dejamos cargada la plaza de buena vibración.
Palabras salieron de los labios de algunas personas.
El contacto de las manos fue mágico.
Todos los que habíamos subido a los buses, que nos habíamos visto en el servícentro, a la salida de La Serena, estábamos ahí, junto a un grupo de locales, adultos, niños, jóvenes.
Entre todos, elevamos ofrendas y bendiciones para la salvación del Valle y del agua. Abrazos fraternales nos dimos, y que rica sensación me queda para siempre.
Y así, mientras externamente y desconectados de la realidad muchas personas veían el partido de Chile, nosotros continuábamos marchando por las calles de Vallenar, ahora, no con pancartas ni multitud, sino que con música y belleza que brotaba por nuestros cuerpos.
Todos arriba del bus, al mismo destino en donde almorzamos: Casa de Retiro “Emaús”. Ahí, junto a la bandera de la paz, vinos, guitarras, risas y Violeta Parra, nos sumergimos al sueño, y nuestros cuerpos posados y pesados descansan para recuperar energía para el nuevo día.
Abro los ojos.
Sin pensarlo dos veces, me meto a la ducha congelada.
Grito de risa por la helada agua, grito, grito y salgo victorioso.
Albino pantalón me pongo y desayuno con hermanos tomo, junto a la árida compañía del sol matutino. Abrazos y nuevas directrices se ponen en juego: primero ir al río, pero regresar pronto para retirarnos del lugar.
A las tres de la tarde ya estábamos fuera, rumbo a nuevo destino “Alto del Carmen”.
A medida que el viaje avanzaba, pasamos por un gran Embalse que reflejaba la fertilidad hídrica que tiene esta zona. Mucho agua veo que ganas de orinar me dan. No me dejan bajar del bus. No hay berma. ¿Qué hago? Me aguanto hasta nose cuanto. Mi vejiga se hincha y ya no me muevo del asiento, ni siquiera hablo. Cuando de pronto el bus se detiene, por un control policial a la entrada del pueblo, me bajo y provoco la atención de todos los del bus. Entro al retén. Me aliviano y salgo victorioso, nuevamente.
Arribamos a la plaza del pueblo, recorrimos en cinco minutos, alrededor de tres cuadras a la redonda. Todo el pueblo.
Un gran mural afuera de la parroquia era la atracción para todos nosotros. Si bien, el mural no me gusto mucho estéticamente, el mensaje que plasmaba él o los artistas era de absoluta concordancia con nuestra misión. El mural era un presagio de lo que pasaría si el proyecto continua en marcha. Arte en acción nuevamente.
Se me olvida señalar, que los carabineros de Chile, reten Alto del Carmen, nos dan solo una hora para estar dentro del pueblo.
Hora que pasa y tenemos a la “cuca” al lado de los buses reprimiendo la bella acción que estábamos realizando: compartir con la gente en música y palabras, testimonios que verdadero alimento son para los que fuimos.
Con un gran aplauso terminamos el postulado en ese pueblo y nos preparamos para regresar a nuestra región.
Siempre me ha gustado el cielo de los valles, el cielo en general, pero me da la sensación de que en los valles, las estrellas están mas cerca.
Junto a las estrellas partimos el viaje de vuelta a casa.
A las 23:00 hrs. pasamos a La Serena en busca de víveres y de ahí en adelante el bus dio un vuelco: la guitarra y el cajón peruano, tomaron las riendas y activamente nos fueron introduciendo a un viaje distinto al de ida.
Un viaje que reflejo de nuestro cuerpo es, cansado pero recuperado de lesiones me siento.
Duermo y despierto en Viña del Mar.
Me impresiono al ver que la distancia se acorta por el sueño, y desde ahí en adelante, me preparo para el día venidero.
El día lunes, primer día de la semana, día de trabajo y ensayo. Día cotidiano de quehaceres. Día renovado por el viaje. Nuevos colores tengo y agradezco a la naturaleza por haberme dado la oportunidad de estar entre los elegido de la misión.
Hermoso amanecer tengo en mis pupilas que cerrarse quieren sin distinción.
Abrazos y besos a la despedida.
A casa llego... y ensueño.
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