Un nebuloso traje gris en su contorno
En la mano su cayado de lamento extraviado en otro tiempo
Y en la punta del mágico bastón el signo del puma magullado

Ojos que bautizan el pensamiento lejano
Voz de trueno entrecortado de sabiduría
Dedos largos plegados de epidermis; hazañas y leyenda

Camina con pasos luminosos por el derrotero del destino
Seguro, perenne e imperturbable

Quien fuera Paqu- se dicen ellos
En la ignorancia de lo indispensable

Sin enterarse de su melancolía infinita trazada por el firmamento
Que no daría Paqu, replican las olas en cada golpe
Que no daría Paqu, replican los minutos mortales
Que no daría Paqu, replican los niños en sus risas satíricas
Por ser como la mosca inconsciente de su tiempo
Para coger un trébol sin convertirlo en margarita dorada
Por dibujar, con tiza, pequeñas flores en la vereda del frente sin ser admirado
Sobre todo, para no hechizar a la gatita amada.