"Sientes una ligera nostalgia ¿verdad?"
"¿Por qué lo dices, padre?"
"Porque tus gestos te delatan;
has estado apenado
y callado desde que partimos."
"No llego a comprender..."
"Sí que lo comprendes;
sé que por las noches lloras
en silencio pensando
en los últimos meses
que pasaste con tus amigos."
"Padre, sabes que mientes."
"Sabes que es verdad, hijo;
lloras de pena al imaginar
que no volverás a verlos;
pero estate tranquilo,
lo superarás."

Y dejando atrás la ciudad,
la misma que me vio crecer
(al menos un poquito),
en la que me enamoré,
en la que lloré,
en la que reí...
Dejándola atrás
solo puedo decir entre
sollozos y lágrimas
"No todos los días muere
un sueño ante tus ojos."