| Amor, en estos tiempos silenciososde mañanas sin sentir el trajinar de azadones,
 de crepúsculos de miedo en el surco
 y con tu piel perdiendo el verdor de la esperanza.
 
 Quiero que sepas que un día volverán las caricias,
 los cultivos cubrirán tu piel y el sudor correrá por mis sienes
 bañando tu seno, se cerrarán tus grietas y tus cumbres
 volverán a respirar ese olor a yerba fresca.
 
 Amor, claro que volveré, siempre se regresa,
 como el ave furtiva después del largo vuelo,
 porque se extrañan uno a uno los besos de las cabañuelas
 con el ritmo acompasado de garúas sobre el techo del rancho
 y otras señas que dan nostalgia.
 
 Amor, no importan nombres, ni apellidos
 volveré al rancho, con complacencia
 como un romántico empedernido,
 porque nos das el aire, el pan, la claridad del sol,
 para mirar más allá del horizonte
 y cuando me aclames, correré hacia ti,
 porque eres amor en una sola vida
 frente al grito de esperanza más profundo ¡Mi tierra!!.
 
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