Hoy me di cuenta que soy parte de tu pasado. Hoy me percaté que pertenezco a los recuerdos que antaño disfrutamos.
Hoy, cuando no me llamaste el 8 de mayo para recordar nuestro aniversario de otros tiempos.
Hoy, cuando era el día más triste y lloraba por perderte recién en nuestro amanecer.
Y hoy, cuando el 29 de junio sólo pienso en lo que fuera entre nosotros algún día silencioso.
Me di cuenta por fin cómo pasa el tiempo, rasgándonos las mentes, finalizando las memorias. Cuando ya no queda sino el sabor amargo de otrora la mejor de las pasiones.
Cuando tu boca saborea una sombra que llega a descubrirte.
Cuando tu cuerpo es envuelto por un falso de la arrogancia ejemplificada.
Cuando la furia y la nostalgia me trasladan hasta tus pechos que me encantan.

Entonces es que tras todo aquéllo me llueve el desarraigo.
Entonces es también que envidio y también odio el almizcle lejano de ése sexo.
Y el desafió se eleva nuevamente hasta mis ojos, prontos al combate de una suplantación sucia y con derecho.
Así, parecen confusas las mentiras que observo yo a lo lejos.
Tiendo una roja alfombra para que caminen las falsedades del trato que hoy presente nos envuelve.
Coloco cadenas de hierro forjado en el infierno a contener mis brazos.
Consumo con fervor la figura más madura que ha moldeado el futuro en tu presencia

Desde lejanas tierras vine solo a decir que en un lugar ameno yací en tiempos que ahora pacen oxidados. Cubiertos de la hiedra cerebral que exigen nuevas eras.
Hoy, lamento los pasados como si retornar a ellos fuera alivio.
Hoy convoco así los aniversarios de milenios que pasaron.
Hoy miro al frente con la esperanza de recordar correctamente lo aprendido en este cuento.



El Coronel. (Para tí). (sí, esa misma).