A las 13 horas, del dia 13, del mes 13, en la casa de la familia Orizona, se estaba celebrando una convocación a toda la saga familiar. El cabeza de familia, Ignacio, dijo a las demás personas que pronto su hija se casaría, y como no había encontrado pareja, explicó que el primer hombre que desde ese mismo dia besara a su hija en la mano y le expresara un piropo, ese sería el prometido.
La hija se llamaba Eva y era demasiado linda para casarse con un feo, demasiado buena persona para ser infeliz y demasiado rica para vivir en un barrio pobre.
Varios días después, Ignacio y su mujer Victoria fueron a cenar a un restaurante con Eva. Ella estaba muy nerviosa por lo que dijo ese día su padre y no probó bocado. En el camino de vuelta, un hombre con una pinta indescriptible se agachó a los pies de Eva, le besó la mano y le dijo: "No hay noche que no traiga un nuevo día". ¡Ya esta!, pensó Eva...sucedió lo que no debía suceder, pasó lo que nunca debería pasar y se hizo lo que jamás tuvo que heberse dicho. Los padres se miraron y varios días después se estaba celebrando la boda entre Eva y ese tipo que se llamaba Oscar.
Ella lucía un traje de volantes blanco, con un velo que le cubría su suave rostro. También llevaba unos pendientes de diamantes junto a un collar, unas pulseras y una corona circular.
Eva Orizona lloraba en el altar y el muchacho reía, pero reía extraño, distante... La tarde se pasó en los jardines de la mansión y ella estuvo sentada en una fuente muy lujosa, pero sola, alejada del mundo, hasta que su recién marido le tendió su fría mano, como para sacarla a bailar. Al caer la noche todos los invitados buscaban a la recién casada pareja; pero ¿cúal fue la sorpresa de la madre al abrir la puerta del covertizo?
Allí yacía el cuerpo algodonado de su hija, con el vestido teñido de rojo pasión y con un minúsculo puñal en su corazón que desprendía lágrimas de sangre.
Habían desaparecido todas las sortijas y adornos y no se tardó en deducir que fue Oscar.
Desde ese día, algunos dicen que se oye un llanto desde el covertizo de la casa, hoy en día abandonada.