Esteban, con voz triste - ¡ Pobre papá ! ¿Te acordas qué susto se pegó ?
Quique. - ¡ Sí ! Cómo no me voy a acordar .Creo que hasta hoy tengo el culo
colorado, como los ladrillos de esa pared, por la paliza que me ligue.
Pensar que había puesto hasta su último ahorro para ese viaje.
Vos si que te salvaste a pensar que la idea fue tuya. ¿A quien se le
ocurre semejante barbaridad ?
Juan. - Cosa de chicos que eramos
Los nietos a coro. - ¡¡¡ Bueno , bueno !!! A ver si nos cuentan de una buena vez que fue
lo que le hicieron a los abuelos.
Esteban. Retomando el dialogo.- Fue justo cuando recién se empezaban a usar los teléfonos celulares.
El viejo,(siempre lo llamábamos así incluso antes de que cumpliera
los cincuenta),se pasaba la vida laburando....porqué, ¿Cómo no se iba
a preocupar por sus hijos? Tenia que mandarnos al colé, comprarnos
ropa, ... y hasta de vacaciones nos mandaba de vez en cuando.
Juan. - ¿Y de la facultad? ….si no fuera por su insistencia todavía estaríamos
rellenando cubanitos de crema y chocolate!
Los nietos. - Tío ¿Otra vez nos cortas el cuento?, dale tío Esteban seguí.
Esteban. -Si claro, ¿Dónde estábamos?; ¡ah! en los celulares.
Papá y Mamá festejaban quince años de casados y como nunca
habían salido de vacaciones solos. El viejo la sorprendió con un
viaje a Los Palmares, en la provincia de Entre Ríos. .
Por las fotos que sacaron allá un lugar de ensueño, por suerte se
habían olvidado la cámara en el bungaló y así se salvo del
chapuzón. Según lo que nos contaron después que se les pasó la
bronca, estaban paseando en bote en medio de la laguna cuando
recibieron la llamada: Primero no sabían que pasaba, ni se
acordaban que papá había comprado el celular, " Por cualquier cosa
que pasé, así nos pueden ubicar, había dicho", y después hasta que
lo encontró, adentro de la mochila de Juan, tres veces llamamos.
Cuando al fin contestaron se escucho la voz de Quique, que entre
preocupado y asustado, siempre fue un artista, les contó que el Nono
se había cáido y se lo habían llevado al hospital.
Por el susto que se llevaron papá se paro en el bote perdiendo el
equilibrio y se cayeron al agua, él para un lado y mamá para el otro.
El celular se quedo en el fondo de la laguna para central telefónica de
los surubí y ellos llegaron al hotel todos mojados y preocupados
buscando un bendito teléfono para llamarnos a casa.
Recién ahí les pudimos explicar que todo era una broma por el día de
los inocentes y que el abuelo estaba jugando al búraco en lo de Pedro.
Pedro, uno de los nietos. - Perdiste papá, ahora ya no me vas a poder decir nada cuando yo le haga una joda a la vieja del fondo.
© Norberto Adrian Mondrik.
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