"Una feria de Espejos! Que maravilla!! Con lo que a mi me encanta verme y verme y admirarme..."
Pensaba Sofía con ilusión mientras se vestía frente a su viejo espejo ya impregnado de hongos de tantos años de vida. Por fin iba a tener un espejo nuevo, sabía que iba a encontrar el perfecto que combinara con su cuarto, con su casa, con su vida y su belleza, esa belleza de la cual ella tanto hablaba, de la que tanto presumía.
Sofía era una chica de cabello negro, con los ojos tan azules como el cielo y de una figura que quien la veía la envidiaba... una cara angelical... pero era egoísta, egocéntrica y no le gustaba ayudar a los demás... al menos de que le conviniera.
Y allí iba, en el taxi hasta la feria de espejos, una novedad, algo nunca hecho.
Cuando llegó, efectivamente había miles de tipos de espejos: Gordos, delgados, con marcos o sin ellos, grandes y pequeños... de todos los tipos...era el lugar perfecto para ella... "ojalá el mundo fuera de espejos, así podría estar todo el día observándome...este es el paraíso para mi..." era lo único en lo que pensaba Sofía mientras caminaba por la exposición... por donde pasaba había un espejo.
Pero llegó a uno de los stands de exposición... misterioso, oloroso a incienso y con luces azul lúgubre, lleno de estrellas de esas que brillan... un poco macabro, pero lleno de un misterio llamativo. Sofía sintió un escalofrío dentro de su ser, pero aún cuando le producía cierto temor ese lugar, su curiosidad y fanatismo pudo más, y se acercó al mismo.
El lugar era magnífico, y allí estaban los mejores espejos de toda la feria. Sofía estaba encantada, tanto que no se daba cuenta que la seguían... si, la seguía la mujer que atendía el lugar. Una mujer que reflejaba todo lo que ese local guardaba, todo su misterio. Una mujer arrugada, de baja estatura, realmente espeluznante. Pero Sofía no se daba cuenta, hasta que...
- AAAAAHHHH!!!! Aih disculpe señora...(y la veía con horrenda expresión)...
- No se preocupe joven... dígame, ¿en qué la puedo ayudar? Yo atiendo este local, como podrá haber observado, tengo mucha variedad...
- Si...la verdad si...- Sofía seguía horrorizada - pero si me permite, quisiera ver un poco más y le aviso si me llevo alguno.
- Como no joven, estaré esperando... se entiende su afán por comprarse un espejo, tiene usted un rostro hermoso...
- Y...¿cómo sabe usted que yo quiero un espejo, así, afanosamente? -Sofía preguntaba mientras sus nervios iban aumentando pensando que esa mujer con aspecto de bruja de cuentos de hadas había podido adivinarla nada más viéndole a los ojos.
- Una mujer bella siempre quiere un espejo que le diga lo hermosa que es...
Sofía no le prestó más atención y se volvió a contemplar los espejos... pero en el instante en que se volteó, se encontró con un espejo justo de frente... hermoso, perfecto.... de los colores de su habitación, con una claridad que no había visto en ninguno. Enamorada del espejo, llama a la espantosa señora:
- Este espejo es el mas bello que he visto en toda la feria, de hecho, en toda mi vida! Nunca había visto un espejo con tan limpio reflejo... ¿Cuánto cuesta...señora?
- Bueno joven... este espejo no es un espejo común... podrás ver que su reflejo no es el que los demás tienen... tienes que saber que...
- No me importa señora, ya todo eso lo he visto, lo he comprobado con mis propios ojos al verme a mi misma en él... nada más dígame cuánto cuesta y yo le pagaré por él lo que sea...!
- Esta bien... el precio de este espejo es de $200... es un precio especial, ya que este espejo vale más... pero ya que lo quieres tanto...
- Uhm... déjeme ver... si... aquí están! $200 como usted dijo!
- Tenga mucho cuidado con ese espejo joven... tenga cuidado con su claro reflejo...
Sofía no entendió lo que la señora quería decir y en realidad no le prestó atención, pero poco le importaba lo que dijera, ya había conseguido obtener el espejo de sus sueños.
Así, mandó a unos señores a envolverlo en papel periódico y a empacarlo para llevarlo a casa.
Al llegar, rápidamente lo desenvolvió y lo colocó en el lugar del viejo y mohoso espejo que tenía antes en su habitación.
"...Vaya..." pensaba Sofía admirando el espejo y lo bien que lucía en su habitación... solo faltaba observarse ella en el reflejo del mismo una y otra vez...con esa imagen ¿¿quién no se iba a ver bien en él?? Si los demás se veían bien, ella que era tan hermosa se vería mucho mejor!
Así pues se veía diariamente en el espejo y lucía muy bien, y cada vez la imagen se hacía más clara... más y más...
Un día como cualquier otro, despertó y corrió a verse en el espejo, y como siempre, su imagen era perfecta... pero sucedió algo extraño... de pronto y solo por momentos, como un espejismo, un lado de su cara se veía como si hubiese sido derretida, como si su piel fuese de cera de vela... ella se asustó un poco y se apartó de la imagen, pero dio explicación al asunto atribuyéndoselo a que se había recién levantado y su vista no estaba funcionando bien... así que fue a lavarse la cara y olvidó el asunto.
Tuvo un día como otros, queriendo ser el centro de atención y tumbando a gente para colocarse ella su lugar, escalando posiciones a costa de lo que fuera y robando la felicidad de otros para ella ser más feliz. Hacía a mucha gente sentirse mal, ponerse tristes... pero a ella poco le importaba, con tal de que ella siempre estuviera feliz... y de hecho así era, su sonrisa siempre estaba perfectamente pintada en su rostro de piel blanca suave.
Y así pasaban los días y Sofía seguía acumulando sonrisas propias y dejando tristeza a su paso, y ni siquiera se volteaba a ver qué era lo que ocurría.
Una noche, después de un día tan bueno como los anteriores, Sofía decidió ducharse y camino al baño se encontró con su amado espejo. Como siempre, la tentación de observar su belleza no la resistió y con una sonrisa enorme se paró frente a él y miró: ahí estaba, como siempre, su imagen clara y hermosa. Y sonreía... y de pronto su sonrisa comenzó a volverse una tristeza onda, sus labios se iban cayendo sin que ella quisiera pareciéndose a una máscara de teatro, su piel se chorreaba en toda su cara y Sofía viendo lo que ocurría en el reflejo del espejo comenzó a llorar desconsolada y muy asustada pero sin poder apartarse y dejar de observarse. De repente la piel de su cara comenzó a desprenderse de su rostro y poco a poco comenzó a visualizarse una horrenda calavera que sustituía su belleza, verde y demoníaca y el reflejo del espejo se tornó de un púrpura fúnebre y escuchó que la calavera le reprochaba:
- Así me has vuelto por dentro Sofía, un demonio capaz de arruinar la vida de los demás con tal de mantener su belleza externa... pero nuestro interno Sofía, esta endemoniado, podrido, perdido... ¡esto es tu culpa Sofía!
Allí Sofía en medio de su desesperación y terror, comprendió lo que el espejo le estaba mostrando con tanto horror, crueldad y verdad: el reflejo del espejo mostraba su interior, sus sentimientos y el daño que había hecho a los demás y ahora se daba cuenta del daño que se había hecho a si misma.
La piel del cuerpo entero se desprendió y se vio allí, horrible... y comenzó a aparecer una figura que le parecía conocida, y mientras aparecía la veía: los pies, las piernas... las caderas... el cuello...la cabeza... la cara...
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!! LA SEÑORA DE LA TIENDA!!AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!!
- Si niñita, te lo dije, este espejo era especial, no refleja exactamente tu hermoso exterior, después de cierto tiempo de conocerte es capaz de mostrar lo que eres por dentro y podía llevarte una sorpresa... como la que te llevaste. Juzgas mucho a los que te rodean por su aspecto externo, pero ¿cuándo te detienes a observar su interior?
Sofía lloraba desconsolada viéndose lo horrible que era por dentro, ese color verdoso de muerte y esa delgadez de desnutrición sentimental... no resistió y con un zapato rompió el espejo mil y un veces se tiró al piso y lloró y lloró........................................................................
- ¿Qué hago aquí?
Sofía se encontró en su cama, durmiendo divinamente y todo en calma... el cuarto en orden, todo limpio, ni una sola astilla de espejo en el suelo...EL ESPEJO! Y ¿el espejo?
- ¿Dónde esta el espejo? No... no fue un sueño... yo lo fui a comprar... lo recuerdo claramente...
Y por más que buscó, el espejo no apareció en su casa... se había ido, y ella comenzó a pensar que todo había sido un sueño... Desde esa noche, Sofía comenzó a odiar los espejos hasta el punto de quitar y botar todos lo que tenía en toda su casa y aprendió la lección de su vida...cada vez que veía una espejo trababa de verse el corazón y lloraba al verse tan bella por fuera pero tan perdida por dentro...
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