Que extraño es pensar que la tecnología avanza tan ligera pero rápida. Los días, años y meses de locura en un dos por tres desaparecieron tras una maquina infernal, cuando desperté ya era demasiado tarde y el retroceso se hacía imposible.
Mientras dormía la maquina funcionaba en mi cerebro, cada área de mis recuerdos iban desapareciendo poco a poco.
¡Quería olvidarte!
¿Era mucho pedir?
El láser miniatura revisaba lentamente los hemisferios y las emociones te abrazaban a mi interior para que no te encontrarán aun así te seguía sin miedo a desaparecer hasta mi identidad.
¡No me lo quites todo... no me quites la despedida... no me adormezcas en miedos sin sentido!
Caminaba en la mañana y pensaba en lo mucho que avanzaba la tecnología y en las maquinas aterradoras que habían inventado. Me quedo con los problemas de mi antiguo computador y simplemente las burbujas transportadores y el miedo a los extraterrestres no me afectaban ya.