HABITAD AL ABRIGO DEL ALTÍSIMO
Sebastiana Ileana Osorio Manzano.
Cuántos de nosotros hemos luchado o deseado estar en perfectas condiciones de salud, bienestar físico o espiritual, pero nunca nos ponemos a pensar que la vida es hermosa, más si la cimentamos en Cristo. Muchos se preguntarán ¿el por qué preocuparnos? Hay que disfrutar, dicen, la fuerza, el vigor y la pujanza de la juventud, con bríos y optimismo, pues no tenemos por qué ser pesimistas.
Joven, recuerda una cosa: que si le das lo mejor al Maestro de maestros, al Creador del Universo tu fuerza y tu juventud, cosecharás mejores triunfos en tu vida y lograrás tus metas, pues el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Si estás consciente de ello y fijas tus ojos en Cristo, este año 2002 que se inicia, aunque para muchos creen que trae malos augurios, porque no tienen fe, no han aceptado el niñito que nació en Belén. Abrele tu corazón, sal del vicio en que te encuentras, libérate de la apatía, depresión, desesperación y malos sentimientos. Edifícate y has la prueba de dar lo mejor de ti a Dios y a tu país. Recuerda que hay que analizar qué de bueno has logrado con los oropeles del mundo, antros de vicio, deslumbrándote y perdiéndote. Nada de bueno hay en las parrandas en discotecas, probar experiencias que traen malas consecuencias en tu vida y la de tus seres queridos o la de ti mismo.
Pregúntate, ¿qué debo hacer? He probado de todo y me siento vacío. No, categóricamente te aseguro que no has aceptado el regalo del cielo que nos dio Dios al enviar Dios a su hijo unigénito en un pesebre, que vino a cargar tu faltas y pecados, a darte la redención y perdón, sobre todo, una nueva oportunidad, en tu vida de ponerte a cuentas con Dios.
Cristo tiene todo lo que puedes tú desear, nada más pídele con fe y lo obtendrás. Por experiencia propia te lo digo. He recibido más de lo que podía anhelar desde que lo acepté y le pido fortaleza para continuar fiel y en firme en mi primer amor.
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