No puedo estar en dos lugares a la vez, me dijo y su voz fue haciéndose pequeña mientras se alejaba, -es una verdad física yo también lo se- hace tiempo que nuestra relación no marcha como no sea para su pronta desaparición, al principio pensé que tal ves el hecho de vivir en un lugar retirado de la ciudad era lo que le incomodaba, hoy estoy convencido de que eso no es cierto, ni siquiera el hecho de que mi condición económica sea mas bien modesta, tampoco es mi hamaca, sí le encanta hacer el amor en ella, yo creo que lo que tiene molesta a Maria es mi falta de deseo por contraer deudas, así como lo oyen, ella piensa que a nuestras vidas le hacen falta deudas, yo pienso que no y por mas empeño que ponga no dejo de ver hermosa mi casa sin pintura y a mi abuela sin dientes que han de ver como cocina. Antes yo vivía en la ciudad, rentaba un apartamento y trabajaba como burro de sol a sol, la paga era escasa, el patrón, un tipo que nunca habla pausado y con franqueza lo digo, se sentía muy superior a nosotros y no dudaba en menospreciarte así te viera de la mano con tu madre en misa de domingo. Haciéndole caso a las pocas amistades que tenia en la ciudad, comencé a comprar cosas “a crédito” pero yo no sabia lo que eran los intereses, -ahora lo se bien-, con razón son tan ricos lo ricos, deuda sobre deuda y para pagar otra deuda, mi chava estaba rete contenta pero yo ya andaba viendo quien me fiaba una bala para metérmela en la cabeza, en fin que cuando le explique al patrón lo que me sucedía, primero se hecho a reír –creo que nunca lo había visto reír así- después me dijo que el no podía ayudarme por que el no tenia dinero- regresaba de Miami- que si tenia una casa y se la hipotecaba si me prestaba la lana, pues claro que no tenia una casa si ya les dije que pagaba renta, en fin que a los quince días ya me habían quitado todo –embargado dicen- menos esta sonrisa idiota que traigo, pues bien me regrese a mi pueblo me puse a trabajar una tierrita que tengo y jure que nunca volvía a contraer deudas, y el ultimo crédito que me queda por saldar esta a punto de retirarse por su propio pie.