Cada minuto era eterno,
el dolor era inmenso
no tenía ya fuerzas para
intentar safarze de aquella
trampa mortal.
Su vista comenzó a borrarse,
sus sentidos eran cada vez
más torpes.
Se preguntaba cómo pudo
haber sido tan imbécil,
era irónico,
había caído
en una trampa destinada a sus enemigos.
Se hallaba en medio de aquel
inmenso bosque,
solo,
asustado.
Su armadura hacía que el frío
llegara como agujas a su piel.
Lo tenía claro,
pronto moriría,
no había nada que hacer.
Pero...
Apareció,
era hermosa,
más bella que la belleza misma.
Sus sentidos despertaron,
sus ojos veían la salvación,
su mente olvidó el dolor
de su pìe sangrante.
Sólo podía fijar su mirada
en aquel ser hermoso
que estaba frente a él
¿Estaba realmente despierto?
o ¿es que ya
estaba muerto y
aquella aparición
era el Ángel que lo
llevaría junto a Dios?
No,
el ruido de la batalla
le decía que aun tenía
gotas de vida en su cuerpo

-¿Quién eres?

Ella sólo lo miró,
su pequeña boca
no se movió,
en lo más mínimo.
De pronto una blanca y delicada mano
se posó en su mejilla.
Sintió un calor agradable,
ya no dolía,
el dolor lo abandonaba.
El rostro de ese ser hermoso
se acercaba al suyo.
Esa pequeña boca lo besó,
él no supo si responderle o alejarse.
Su cuerpo decidió sólo,
siguió el impulso de
saborear ese exquisito sabor a miel.
Abrió los ojos,
ella no estaba,
(de nuevo se hallaba solo)
y su herida y su dolor tampoco.
No podía entender lo que había sucedido.
Una explosión cerca de el
lo obligó a abandonar sus cavilaciones,
recordó la batalla,
su propósito,
sus ideales.
Sus compañeros estaban solos en batalla,
debía ir a acompañarlos
pero anhelaba buscar a ese
hermoso ser
que lo sanó
con un dulce beso.
Pero no, esta vez se impuso el deber ante el impulso.
Se puso de pie,
empuñó su espada
y partió al campo
de batalla,
comprendió que aquel bello ser
no era el amor
sino que la oportunidad
de cumplir con su destino,
morir como héroe,
como un caballero
que con su valentía
escribieron la historia,
que con su sangre
sellaron sus ideales
y que con su muerte vivieron
por lo que creían.