Tengo que escribir se decía el escritor delante de su folio en blanco, miraba con cara angustiada la inexpresión que reflejaba la maquina de escribir que le había dado tantos éxitos en los años pasados, de repente miró hacia el reloj que tenia colgado en la pared de su habitación y se dió cuenta que el tiempo corría, hacia mas de una semana que estaba sentado delante de su amada máquina de escribir en blanco, no se había movido ni una sola tecla, sentía un sudor frío, una angustia que le atenazaba su débil corazón, tantos años de éxito y adulación le habían secado el alma y la imaginación.
Hacia años que sólo tenia a su alrededor lameculos y chupópteras que le habían sumido en un mundo irreal sin sentido.
Ahora estaba solo, todo su mundo de cristal se rompió aquella noche trágica, lo apostó todo y todo lo perdió, cuando se vio arruinado, se dio cuenta que todo desaparecía, aquellos aduladores ya no estaban en su puerta, los grandes empresarios no tenían tiempo para el, ya no dormía cada noche acompañado de mujeres hermosas y hombres jóvenes, sólo tenia su antigua maquina de escribir y ese maldito reloj que marcaba las horas sin cesar.
Cada segundo que pasaba se ahogaba mas, el sudor cada vez era mas frío, su conciencia no le respondía, su creatividad estaba olvidada en algún lugar que no encontraba.
Se encontraba vacío, borracho, solo… y su vida en ese momento careció de sentido, jamás se había encontrado tan mal como en ese mismo momento, ya no tenia seres queridos, nadie le amaba, nadie le abraza, nadie le acariciaba ni le besaba, se sentía solo, repudiado por todo lo que le rodeaba y asqueado de si mismo.
Después de tanto tiempo sentado súbitamente se levanto de su silla y se dirigió a un armario de su pequeña habitación, y cogió una caja de zapatos y saco el revolver que perteneció en una vida pasada a su abuelo, aquel anciano que le leía cada noche antes de ir a la cama, en aquellos tiempos que todo era fantasía y aventura.
Miro de nuevo a la habitación que le comprimía y angustiaba cada segundo mas, solo veía la maquina de escribir con el folio en blanco, a su lado una botella de four roses casi acabada y los restos de esa maldita coca que le estaba destrozando el cerebro, ya no había restos de aquel niño fantasioso y feliz, se volvió a sentar, delante de su antigua maquina de escribir se apunto a la sien y disparó, su cabeza exploto en mil pedazos y una mancha de sangre impregno el folio en blanco.
El escritor murió sin poder contemplar la obra que mas dijo de el en todo momento, su gran obra fueron las manchas de sangre que dejo impresas en aquel folio en blanco.
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