Siendo tan niña, siendo tan terca, siendo tan puta, está ventana abierta.
Estos pliegues dormidos, estas piernas despiertas, arrullos suicidas, camas abiertas.
Un ojo pegado al silencio, tu precio, tu cándida sepa de vino añejo, estás despertando, se que deseas mis labios abiertos.
Todo un universo de presos bastardos, de claro y oscuro,
de mi propio destierro, no quiero, no te quiero,
no deseo, no te deseo, estas alas abiertas,
surcan el viento, estos sueños de seda se parecen a un juego,
es que estas mañanas despiertas me han hecho entender que debo quedarme callada, engullir lo que sea y seguir definitivamente... abierta. |