El viaje.
Él manejaba tranquilo mirando el bello paisaje, mientras canturreaba una canción, ella miraba distraída por la ventana, si te cansas me avisas y sigo manejando yo, le dijo con una sonrisa, claro, pero por ahora voy bien le contestó
Ya llevaban 10 días juntos, ella era encantadora, dócil, las noches que habían pasado juntos, no eran muy apasionadas, algo extraño en él, pero ella aunque llenaba todas sus expectativas, no le movía ni una hormona, es cosa de tiempo pensó y no se hizo más atados.
Me dijeron que en ese lugar se come exquisito, me dieron algunas direcciones, sé que lo pasaremos bien. Carla pensó que ya tenía hambre y sería bueno llegar pronto.
Al anochecer cansados y agotados llegaron al hotel, Mauricio decidió tomar una ducha, la necesitaba con urgencia, ni siquiera desempacó, sintió el placer del agua fría que lo golpeaba, tomó la toalla y aun mojado se dirigió al dormitorio, se tiró un momento en la cama.
Carla estaba sentada en forma extraña, tenía la cabeza entre sus manos, en una actitud de casi desesperación, Mauricio no se percató, cerró los ojos, no vio como Carla se paraba con un cuchillo que tenía a su lado, su primera puñalada fue certera, en medio del corazón, Mauricio sólo miró sin entender nada, no pudo entender nada. Carla seguía en su faena apuñalándolo una y otra vez, sentía un goce interno, que se reflejaba en su rostro, cada vez que enterraba el cuchillo sentía que se deleitaba, era casi, casi como un orgasmo, cerró los ojos por un momento y disfrutó la sensación.
Luego, se dirigió al baño lavó con esmero el cuchillo, lo secó y lo guardó nuevamente en la maleta, se dirigió al baño se desnudó y duchó por largo rato, luego se puso el pijama y se quedó profundamente dormida.
A la mañana siguiente se levantó, se preparó para el viaje, le dijo a la mucama que el señor quería dormir y no ser molestado en todo el día.
Se alejó, manejando mientras escuchaba a Sting, su preferido.
Llegó a casa, revisó su contestadora, encendió el televisor, cenó algo, y prendió el computador.
Hola soy Luis, ¿ Cómo te llamas? Verónica.
De dónde eres? Santiago ¿ y tú?
También, mira que coincidencia.
¿Siempre entras a este chat?. No... es mi primera vez.
¿Te parece tomemos un café?. Claro me encantaría...
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