Los habitantes del edificio “El Cóndor” despertaron sobresaltados. En el apartamento “B,”15 jóvenes despedían a Rodrigo que se casaba al día siguiente.
Entre música estridente, gritos, bromas y risas, las botellas de bebidas alcohólicas se vaciaban con una rapidez impresionante.
Los gritos y risas aumentaron de volumen, Rodrigo era vestido con un traje de novia, lo pintarrajearon, le pusieron un ramo de novia en la mano, lo hicieron bailar y tomar una copa de tequila mezclado con vodka, hasta que Rodrigo cayó profundamente dormido en un sofá.
El estridente sonido de la alarma del reloj, despertó a medias al novio, con espanto se dio cuenta que llevaba dos horas de atraso.
Tomó el ramo y tomándose los tules del vestido para no enredarse en ellos, corrió las tres cuadras que distaban de su casa a la iglesia.
La novia e invitados estaban nerviosos y preocupados por la demora, cuando... ¡OH! ¡SORPRESA! por el centro de la iglesia entró Rodrigo, jadeando, descalzo, con un vaporoso vestido y maquillado exageradamente.
El cura asombrado se persignó, la novia, llorando y gritando histéricamente, salió corriendo, escoltada por los padrinos e invitados que miraban con odio al novio que no alcanzaba a comprender lo que había pasado. Lentamente fue saliendo y ya en la calle gritó
SIGO SOLTERO;SOLTERITOOOOOOOOO y tiró el ramo de novia al aire.
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