Una nube disfrazada de niebla
bajaba a la tierra para sentir
aquella madrugada de octubre,
Ya no estaba tu piel... solo el recuerdo
que quemaba .

Las voces se escuchaban distantes
mientras avanzaba con el frío
hacia el nido de las aves de metal,
Y ya no estaba tu voz ...el mundo
dejo de tener sentido.

Ausente y perdido te escuche un momento
y resucitaba solo por instantes,
Los espejos reflejaban mis sueños
siempre infinitos, siempre tan tristes...

Y tu, ese delfín azul solo en la soledad
del desierto danzabas bajo la luna
sintiendo la condensación, comulgando
con el sol, conversando con el viento
bajando con las lluvias...

Llorabas como aquel sauce enorme
de cristal sintiendo la conquista,
empezando a esperar paciente
el vuelo de aquellas aves
que en silencio llegan y se van
dejando solo un rastro de olvido...