La gran cantidad de jóvenes magos se estaban enfrentando fieramente a mortífagos, dementores, duendes malditos y a toda una vasta gama de bestias de pesadilla.
Harry y Voldemort se habían distanciado del campo de batalla concentrados en su lucha personal. Se iban acercando al abismo oscuro e infernal mientras conjuros y contraconjuros se cruzaban como rayos
multicolores entre la silueta de ambos contendores.
A ambos lados del sendero abrupto e irracional se abría ese abismo insondable. Era palpable el terror que se sentía irradiar desde sus entrañas.
Los 17 años de Harry eran nada comparado con la eternidad de ese duro enfrentamiento con el ser más maligno de la historia, aquél que asesinó a sus padres sin compasión, aquél que trituró a su mejor amigo, Ron, que mató traicioneramente a Dumbledore.
La profecía era que uno caería bajo las manos del otro. Ese pensamiento se cruzaba una vez más por su mente afiebrada por el esfuerzo.
- Siempre deben ganar los buenos, ¿no? - Le dijo Voldemort leyéndole el pensamiento.
- ¡Cruciatus! - replicó Harry, mas Voldemort sonrió perfidamente, aunque recibió el impacto de la maldición.
- No eres capaz de odiarme lo suficiente como para causarme dolor - rió, deshaciendo el hechizo con un ágil movimiento de varita.
En ese momento Harry tuvo una idea fugaz. Voldemort podía adivinar lo que él pensaba porque estaban conectados desde esa primera vez que lo
quizo matar. Sabía que al reir, Voldemort era en ese instante, un poco más vulnerable. Harry quería entender algo, quería conocer a su enemigo.
- ¡Oclumency! - La frase aturdió en pleno rostro de Voldemort dejándolo pasmado. Harry había entrado a los recuerdos de Voldemort. Estaba recorriendo los tortuosos orígenes de su maldad.
Contempló la verdad horrorizado. Jamás había pensado que vería algo así.
- ¡NO PUEDE SER! ¡Es imposible! - Gritó con toda su alma y abrió los ojos espantados hacia Voldemort, ambos temblando y sudando frio.
- Es verdad...soy TU PADRE - susurró metálicamente Voldemort, ocultando su rostro en las sombras.
- ¡Noooo! ¡Rayus Fulgurante! - de su varita surgíó un haz verde - ¡zuuuum!
- ¡Rayus Contemplatur! - de la varita de Voldemort emanó un haz rojizo - ¡zuuuum!
Y comenzaron a darse de golpes desenfrenados con las varitas, como si fueran espadas.
- Eso es, suelta tu ira, y serás de los nuestros - Le decía entusiasmado el también conocido como Lord Oscuro.
- ¡Nunca seré de los tuyos, mierda! - Mientras trataba de asestarle un golpe directo al corazón.
Y ese movimiento fue suficiente para que Voldemort aplicara sin piedad su vara-espada cortando limpiamente la mano de Harry.
Harry perdió el equilibrio y casi cae al abismo, sino es porque se agarra a una varanda con la mano que le quedaba.
Voldemort le tiende la mano - Ven, únete a mí, no sigamos con esto.
Harry, comprendiendo que eso era el fin se dejó caer cayendo y desapareciendo sin un grito, hacia el abismo insondable que lo tragó en silencio.
Hermione, con el rostro ensangrentado, venía corriendo hacia Voldemort y le dijo: - ¿Ha caido al abismo?
- Sí - Voldemort dándose la vuelta le muestra a Hermione el rostro de Harry (se ha disfrazado para engañarla).
- Se ha cumplido la profecía, Harry, lamentablemente - Se inclinó cansada, apoyando su rodilla en el suelo.
- Sí...lamentablemente - mientras levantaba su varita hacia la cabeza de la joven, sin que ella se diera cuenta.
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A través de las páginas de esta historia se escucha a alguien llorando amargamente.
Se acerca un joven a una mujer que se encuentra llorando sobre unos escritos.
- ¿Por qué lloras, Joanny?
- Porque maté a Harry.
- ¿De nuevo estás haciendo eso? A ver, déjame ver. Tomando el texto lo lee detenidamente y agrega: - Deja de jugar con la muerte de Harry.
Además estás usando el mismo argumento de Guerra de las Galaxias.
- ¿No es cierto que me quedó mejor la versión tipo Viaje a las Estrellas? - dijo Joanne Kathleen.
- Cierto, cariño - mientras le seca las lágrimas con el dorso de su mano. |