Esto es asqueroso (no es para niños)
© 2005 Alexandra Riera


Capitulo 2

María estaba esperando el ascensor que la llevaría a la casa de su novio. Tenía la llaves y no le hacia falta llamar. Ella podía entrar cuando queria y hoy le iba a dar una sorpresa. Le daban escalofríos solo de pensar en la cara que pondría al ver la sorpresa. Cuando entró en el ascensor se dió cuenta al mirar al espejo que le faltaba un poco de brillo en los labios, abrió el bolso y después de hurgar con cuidado para no estropearse las uñas encontró el bálsamo de naranja. Se lo aplicó con suaves toques en los labios y se bajó un poco el escote del vestido con rapidez ya que ya había llegado al noveno piso.

El pasillo que llevaba a la casa de su novio era diáfano y se oia retumbar los tacones con sus pasos. “Seguro que me oye llegar” Pensó María mientras volvía a buscar dentro de su bolso para ver donde estaban las llaves. “¡Aquí están!” se dijo mientras las sacaba. Metió la llave en la cerradura con cuidado para no hacer más ruido, después de todo iba a ser una sorpresa, pero la llave ni giraba. Lo intentó otra vez, sacó la llave y entonces se dio cuenta de que con los nervios no se había dado cuenta de que era la de su otro novio Toni. Esta vez se fijó bien y metió la llave que tocaba ese día. La llave seguía sin girar. “¡Bueno!” exclamó, “¿y ahora qué?”

Volvió a buscar en su bolso, esta vez buscaba el móvil. Le llamaría por teléfono. Ya no sería lo mismo, claro, pero eso era mejor que no darle la sorpresa. Una vez el teléfono en su mano, marcó los números y esperó contestación. “Nada” dijo en voz alta mientras colgaba y volvía a meter su móvil en el bolso.

Justo cuando se disponía a marcharse se abrió la puerta contigua y un señor de edad avanzada asomó la cabeza. “¿Algún problema, señorita?” le preguntó.

“Pues verá… se me ha atascado la llave y no logro entrar” Dijo María con voz mimosa.

“Quiere que lo intente yo?” le preguntó el vecino.

María no lo tenía claro, no quería que el vecino viese el estado del apartamento, prefería otra cosa. Con un movimiento sensual de caderas se acercó hasta el vecino y le dijo en voz baja “A lo mejor puedo pasar por su ventana a mi casa… ¿podría entrar por su casa?”

Al vecino se le iluminó la cara. “Pues claro, claro, pase usted por aquí” le contestó sonriente y mientras la guiaba hacia el interior de su casa un brillo se le escapó de los ojos.



(446 palabras)



(continuará… -con algo de acción ¡seguro!)

Recordad: Esto es un experimento, no lo que noralmente escribo, por favor mandar comentarios..

Gracias