Inicio / Cuenteros Locales / Krystal / EL TUNEL
Me metí dentro del túnel. Aguanté la respiración tres minutos valiente. Pasados los tres minutos respiré hondamente y la podredumbre inflamó mis pulmones.
-¿Y ahora cómo vamos a sacar al cadáver?
-No lo sé.
-Mejor no lo saquemos, explotemos esto y vámonos ahora. Tengo hambre.
-Pero dijo que teníamos que sacarlo.
-No quiero.
-Entonces lárgate.
Caminó unos pasos al norte y lo atravesó una bala en la nuca cuando se detuvo.
-¿Por qué mataste a Roger?
No me respondió. Llamó a Juan y le habló al oído. Se besaron.
-Ese cuerpo no se queda aquí. El señor Arguedas ha dicho que si no el trato se va a la basura.
Estabamos en un desierto. La tierra parecía realmente plana aquí, y el cielo era tan inmenso como un mar.
-¿Pero ahora quién va?.
-Tú irás otra vez.
-Pero ya has visto que no se puede.
-Lo vas a hacer.
Me amarraron los talones. Escupí. El sol tan grande y tan caliente... era maravilloso. Ese túnel horrible, en el que estaba el cadáver de ese hombre santo, parecía la boca del diablo. Y este cielo, la boca de dios.
-¡¡Abajo!!
Aguanté dos minutos.
-¡Más abajo!
Me siguieron bajando. Era un túnel profundo, como un pozo. Estiré el brazo y luego la mano. Estiré hasta sentir dolor. Cerré los ojos. Toqué un hueso. Lo sujeté. Comencé a palparlo. Tenía que ser él. Pero no estaba con la chaqueta de cuero que tenía puesta cuando lo perseguimos a balazos por el llano.
Cuando abrí los ojos y no pude evitar respirar, la cuerda se rompió.
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Texto agregado el 23-12-2002, y leído por 824
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