En un pueblo cercano a la costa, existía una joven mujer muy hermosa a quien su madre había inculcado el deseo material por los hombres.
Muchos corazones rotos, adornaban su larga lista de amantes, pretendientes o soñadores platónicos. Incluso se cuenta que algunos de ellos terminaron trágicamente su angustia.
Así pasaron ciertos años, entre los ruegos de las madres desconsoladas y nuevos pretendientes que deseaban probar suerte.
Pero fue un extranjero, un hermoso blanco, de relucientes ojos y cabello suave como seda, un recién llegado al puerto, quien se robo el corazón de aquella mujer. Ella se enamoró profunda y obsesivamente de el, le seguía a todas partes, le acosaba con cartas y coquetas insinuaciones, mas el se mostraba indiferente o al menos solo mostraba interés físico por ella lo cual se lo hizo conocer varias veces, sin embargo ella fingía no haber escuchado dichas palabras y decidió entregarse en cuerpo y alma en una oscura noche.
Una vez satisfecho su deseo carnal, aquel extranjero partió del pueblo tan ligero y silencioso como había llegado.
Aquella mujer aun envuelta en sabanas, salio en una búsqueda vana de un hombre, al que entre gritos y llantos le suplicaba que regresara a sus brazos.
Tal vez fue su angustia, tal vez su inmenso dolor, la que hizo olvidarle su dignidad de mujer y posar denuda en medio de un pueblo curioso que admiraba entre sombras su desnudes.
Pronto llego la noche, y con ella la morbosa idea que sigue a todos los hombres, que aprovechando al oscuridad, empezaron a asechar a aquella escultura desnuda y endeble dada su perdida emocional, era simplemente una presa fácil que se prestaba para los mas osados e íntimos deseos escondidos. Toda la maldita noche, presto su infinidad para engullirse el holocausto que se llevaba a cabo.
Pasada aquella noche, los participantes sentían miedo de ser descubierta su oscura realidad, pero también mostraban un perverso placer por repetir esa noche, tanto se descuidaron, que las mujeres del pueblo empezaron a sospechar que sus compañeros andaban tras algo en común y mas atractivo que el licor. Empezaron a seguirle los pasos. Hasta que dieron con la verdad, pronto se supo en todo el pueblo que las mujeres acabarían de una ves por todas con aquella que había seducido e incluso cautivado fieramente a sus hombres, pero al llegar al lugar donde posaba aquel ente, aquel trozo de cuerpo magullado y cruelmente despojado de las mas mínima decencia, de lo que podría en lo mas simple llamarse mujer…observaron con mucho dolor y apego femenino, el cuerpo maltratado por las miles de formas en que sus hombres habían abusado de ella, su mirada perdida en el mas profundo de los infiernos y sus sentimientos desaparecidos desde aquella primera noche.
Las mujeres le ayudaron a levantarse, a arroparle su desnudes maltrecha, mas ella poseída por la culpa, se aparto de sus amparadoras y corrió hacia el azotado mar, donde se entrego a sus inmensas olas mientras gritaba: “esto lo hago por ustedes, esta será mi futura venganza hacia los hombres”, así desaparecieron entre las aguas su vida y su historia.
Con el tiempo todos habían olvidado aquellos trágicos hechos, hasta hace solo unos días en que empezaron a ocurrir extrañas desapariciones de hombres que luego eran encontrados ahogados en las orillas de la playa, bien se supo que estos eran mujeriegos y tomadores, hombres de vulgar trato.
Se pensó que era un castigo del cielo, pero al empezar a indagar, preguntar sobre sus últimas hazañas, algo extraño empezaba a tejerse, pues se decía que se les había visto andar con una hermosa mujer, cuyas vestiduras siempre estaban húmedas, su piel era tan blanca que no parecía tener color y sus besos eran tan ardientes como agua de mar, se dice que esta mujer los seducía a seguirles a la playa, donde los hacia subir en una improvisada balsa en la que se entregaba a ellos en una dulce cadena de deseos una ves se encontraran mar adentro, mas apenas llegaran las primeras luces de la madrugada, tanto la piel blanca de su cuerpo como la balsa iban desapareciendo, y al momento de su victima caer en las aguas del pánico, su esquelética forma le empujaba hacia las profundidades de su destino, mientras le decía casi al oído, “nunca volverás…, nunca regresaras a los infieles brazos de tu decadencia”.
Así, es como hoy 20 años después de aquel trágico suceso con aquella hermosa mujer, esta regresa a cumplir su venganza, y a renacer como una leyenda…
Enero 11 del 2005 |