¡Caray, Como ha crecido mi teatro de marionetas! De una pequeña barraca de cuartel a una mansión caraqueña de Guzmán Blanco…

Y pensar que sólo empecé con cuatro marionetas allá en 1992, y mi primera función fue un fracaso. Ahora mis marionetas se cuentan por montones; vestidas ya no sólo de verde oliva, he ampliado su vestuario...

Simios y prosimios se visten de traje y corbata para moverse al virtuoso compás de mis dedos que sin cesar mueven los hilos de sus conciencias.

Cabezas, brazos y piernas se mueven a mi antojo, mientras tanto, una cada vez más escasa multitud de focas aplaude…

Pero el espectáculo debe seguir, es hora de cambiar de marionetas….

Tal vez ahora les ponga toga y birrete…MAGISTRADOS MARIONETAS.

Bin-laden 09/02/2003