Transcurre lento si te recuerdo, han caído ya las hojas, lágrimas que ruedan por mi pecho, una tras otra como las hojas que con el viento como los días se han ido.

Los días que pesan de tanta espera,
las noches que de ser oscuras son demasiado largas,
vuelve el insomnio, vuelve el dolor a la cabeza
de tanto llamarte, de tanto pensarte, de tanto estar sin ti me olvido.

No hay un refugio para el amor moribundo,
que no puede seguirte la pronta pista,
los ojos delgados tras el espejo ya no me miran a mí,
se paró el tiempo sobre mis hombros, ya no hay risas por aquí.

Las manos duelen de rascar en tus recuerdos,
la boca seca por falta de uso se rompe al decir tu nombre,
el pecho hastiado de extrañar se haya marchito,
y el invierno en que te fuiste se ha instalado por aquí.