Hoy hubo una tormenta de viento que nos dejo una lluvia de gotas gordas como por 10 minutos y después de eso nada mas fueron gotas flacas toda la fuckin tarde. bueno, en realidad fue una linda tarde.
Hoy estuve hablando con Laura, me recordó que tenemos que ir al cine con los g boys, y yo le dije...
“Cuando conozca a Gustavo, toda mi vida va a dar un vuelco, voy a definir mi tiempo en pre Gustavo y post Gustavo” --
...lo malo es que de verdad no sé si yo me creo eso, pero siempre he sido muy idealista y lo quiero creer y mucho. Pero lo bueno es que cuando se lo dije a Laura, me miró con una cara de incomprensión y asombro, como creyéndolo, y yo le dije... "de la boca para adentro no sé que tan cierto sea eso, pero de la boca para afuera, siempre que digo esas cosas, la gente me mira como si fuera verdad, y empiezo a tomarlas en serio"
Así que se me ocurre que debe ser por eso que cuando vi a Marcelo, y me dijo que el otro día me confundió con alguien más, a mi me pareció que para confundir a alguien hay que tener ideas distintas de quién es quién, y Marcelo es de esas personas que aunque sabe poco de mi, sabe muy bien quien soy yo, así que lo abrace y le pedí que me abrazara fuerte, y como siempre en el fondo eso quiere decir que me levante, él me levantó.
Debe ser por eso también que no le hablé al semi-genio en posición fetal con la franela de rayitas que estaba sentado en el pasillo; tal vez le hubiera dicho que me acompañara un rato a sentir la lluvia, y él se lo hubiera tomado en serio, entonces yo le hubiera arruinado su momento de posición fetal mirando por la ventana. es que como en realidad no había ni puerta que lo separara de afuera, me pareció que ese momento adentro debía significar mucho para el y no lo quise molestar.

Aunque hubiera sido bonito que nos quedáramos hablando un rato mojándonos, y a los días ya ni tuviéramos que decir tantas cosas para que él entendiera que cuando llueve, me gusta que se siente a sentir la lluvia conmigo, tal vez la verdad es que me dio miedo la idea de que solo estuviera esperando la hora de irse y a pesar que se le hubieran acabado las personas con quien hablar, no quisiera sentir la lluvia conmigo.

De cualquier manera sigo con mi idealismo que también es un poco optimismo y pienso, que eso de descubrir que soy cobarde a estas alturas en que me creía tan valiente, puede llegar a ser algo bueno... eso, y que el resto de la tarde siguiera lloviendo.