El funcionario se encontraba en su despacho apoltronado en su sillón, meditando acerca de los misterios de la vida: ¿Cómo podría hacer para salir con la secretaria del Subsecretario de la Secretaría de Información Ëtnica y Políticas Emergentes del Sudeste de Oceanía? ¿La llamo a una reunión intersectorial multitudinaria u organizo un comité paraestatal de seguimiento de alguna cosa rara que nadie organizó hasta ahora? Me gusta lo del comité. ¿Qué podría ser? ¿El análisis de tendencias de la población al elegir una marca de yogurt? No esa ya se usó dos veces y se armó un quilombo en Diputados. ¿La incidencia de los viajes en colectivo con la salud sexual de los empleados de casinos? No, el sindicato de los empleados de casinos podría hacer una huelga. ¿El seguimiento del índice de muertes en ataques de leones a minusválidos? No, no tenemos leones. Tiene que ser más difuso ¿El estudio de las implicancias del uso de insecticidas en la elección del menú de la cena en los hogares? Ese es. Excelente. A nadie se le ocurrió todavía. Voy a redactar ya mismo un pormenorizado detalle y elevar un proyecto y en unos días está todo en marcha y yo a cargo del comité. De paso coloco a algunos amigotes como asesores rentados del proyecto y me pasan una mordida.
En ese momento se oyen unos discretos golpes a la puerta del despacho.
- Si, adelante
Entra su secretaria.
- Señor, señor, lo buscan los del Fondo Monetario
- ¿Otra vez? Si ya habíamos arreglado todo.
- Si, pero dicen que quedó un saldo a pagar proveniente de los intereses que se calcularon sobre la financiación que sirvió para pagar la refinanciación que se hizo para cancelar el canje de bonos de la deuda emitidos para hacer frente a los préstamos destinados a saldar los Bonos que habían servido para pagarles a los tenedores de acciones de empresas privatizadas que habían financiado su saldo por medio de la emisión de Obligaciones negociables que estaban vencidas a la fecha de la última reunión.
- Bueno, hágalos pasar
Se abre la puerta y penetran dos individuos de mala catadura con cara de pocos amigos.
- Hola como les va?
- Como quiere que nos vaya con Uds. Nunca pagan nada y sin embargo siempre les queda algo para vencer.
- Bueno no debe ser dan grave, no?
- De acuerdo con nuestros cálculos la deuda que tienen con el Fondo asciende a la fecha a la suma de u$s 1.567.456.789.251.343.890,17 en los cuales falta incluir la suma de u$s 5.678.333.890.902,31 provenientes de la cancelación de unos putos intereses que nos comimos en el último trato.
- Bien, les vamos a emitir un Bono Global Extraordinario de Cancelación de Intereses y Demás Yerbas (BOGECIDY) ¿qué les parece?
- No, esos ya los usaron hace como cien años atrás.
- Entonces se llamarán Bonos Extraordinarios Externos de Cancelación de Yerbas (BONEXEXCAYE). ¿Qué les parece?
- Y para cuando serían?
- Bien, la última refinanciación, la que acabó con todas las refinanciaciones, la hicimos a quinientos años el capital, con pagos mensuales de intereses, ¿podríamos hacerlos a quinientos cincuenta años?
- ¿Y el pago de intereses?
- Por supuesto sería mensual.
- Bueno, dé las órdenes para su emisión y mañana pasamos a retirarlos por la caja.
- Excelente, es un placer negociar con Uds.
- Nos vemos el mes que viene cuando venzan los primeros intereses. Saludos.
Inmediatamente llamó a la imprenta del ministerio.
- Deben emitir unos Bonos Extraordinarios Externos de Cancelación de Yerbas (BONEXEXCAYE) para mañana que los pasan a buscar.
- No podemos porque todavía estamos emitiendo los de las dos últimas refinanciaciones y tenemos trabajo a reglamento del personal debido a las reducciones del sueldo del último mes.
- Bueno, mañana les damos un vale y que pasen después a retirarlos. No se hagan problema. Yo me encargo.
Solucionado el problema el funcionario se queda un momento pensando en su futuro, perdido todo interés en la secretaria del Subsecretario de la Secretaría de Información Ëtnica y Políticas Emergentes del Sudeste de Oceanía.
- La gran puta que les digo el mes que viene? Estos quieren plata. No importa faltan 30 días. Me voy a tomar unas merecidas vacaciones de trabajo con mi secretaria y a la vuelta veré que excusa pongo, o acaso Nigeria no va ya por una deuda de mil años. No estamos tan mal. Los del Fondo con tal de que no caigamos en default arreglan cualquier cosa. |