Tus ojos son reseñas de tu historia,
de tu Yo interior, de tus deseos,
de tu incertidumbre y de tu fuerza,
de tu amor y tu odio.
Por eso miro tus ojos mansos,
remembranzas de lo que es mío.
Tú, mujer amada, cuerpo servido,
te me acercas en la noche sombría
con tus brazos anhelantes ...
Fijas tus pensamientos en los míos
y me alcanzas en la noche del estío.
Y entonces, como una fugaz estrella,
surge en nuestro firmamento
una cálida brisa de aliento y esperanza
que nos envuelve y retuerce con su fuerza ...
Tú eres Dejah Thoris, eres Ayesha,
eres Arwen Undómiel, estrella de la tarde,
eres todas esas y muchas más,
para mí, que me arrastro a tus pies. |