Querida Amiga:

Hace mucho que nos conocemos...
Hemos intercambiado experiencias y contado intimidades entre nosotros de una manera que no es común entre personas de distinto sexo...
El otro día, leyendo a mi amiga Yarilde, me encontré con una pequeña/gran poesía suya:

Y veo en sus ojos
como se le escapa la avidez,
como lucha, y a su juventud se aferra,
se revuelca en su niñez, se dice burlar al tiempo,
esta entrando en su vejez,
de ella no quiere saber.

y pensando aquella frase que todos hemos escuchado alguna vez acerca de las oportunidades que se nos presentan en la vida y las opciones que tenemos delante nuestro es que me atrevo a decirte las palabras siguientes...

El próximo fin de semana voy a tu ciudad. Llegaré el sábado y me quedaré hasta el domingo. Ese día tengo un compromiso social al que no puedo faltar pero, ... el sábado a la noche estoy libre, ... Voy solo... No quiero perder en lo más mínimo tu amistad, a la que siempre admiro, no quiero forzar nada entre nosotros, no quiero obligarte a nada (ya que la fuente de nuestra amistad es la confianza mutua), pero... para mí sería un gran honor y placer compartir esa noche contigo...
Vuelvo a decirte: no quiero obligarte, no quiero forzarte, me interesa más conservarte como amiga que satisfacer unas horas de placer sexual... pero ... hay una ocasión libre de encuentro ... es tu elección de aceptarla o no ... yo estoy de acuerdo con tu voluntad ... no te pido más que no arrojes esta carta hasta haberla leído completamente y que hayas reflexionado sobre su contenido.
Espero tu respuesta con impaciencia pero sin ilusiones....
Tu AMIGO.