MIS HERMANOS Y YO.
Tengo nueve hermanos y de paso, soy muy feliz! Pues, soy morocho con uno de ellos al igual que mis otros hermanos.
Todos nosotros, le damos gracias a Dios y a la naturaleza, porque nos moldeó muy parecidos y aunque no nos hizo iguales, compartimos casi todo lo que conocemos y apreciamos.
Digo que soy muy feliz también, porque hemos nacido, para estar juntos toda la vida, aunque reconozco, que a veces por circunstancias, tengo que decirle adiós a alguno de ellos.
Casi nunca peleamos y aunque soy el más pequeño de todos, me retribuyen el mismo respeto que yo siento por ellos, porque nuestra comunicación es muy fluida y está basada en la mutua comprensión que nos hace ser cada vez más unidos, lo cuál nos permite, relacionarnos ampliamente y sin la menor discrepancia.
Sentimos casi siempre los mismos placeres, las mismas desgracias, pues mantenemos en alerta nuestra posición vanguardista y de emancipación, ante cualquier evento de peligro a nuestra integridad moral o física.
Como somos mortales, temblamos ante el miedo, tiritamos ante el frío, vibramos ante la emoción y sentimos el amor así como el odio, con la misma intensidad que nos redime.
He rozado la historia en infinidades de ocasiones al igual que mis queridos hermanos, coqueteamos con el arte e influenciamos en su perpetuación, lo que nos permite conocer, la gloria y matizar lo espúreo, cuando nos asalta.
Siento el dolor y me deleito cuando me toca deleitarme.
Sé distinguir lo bueno y lo malo y reconozco el placer cuando me llega. Me canso y me fastidio cuando permanezco en actividad etérea; no logro atender a nadie, cuando me crispo y me compunjo.
Acaricio con dulzura, cuando el amor procura mis encantos que hacen delirar, a quien me desea y me seduce.
Con el dinero, he sido y siempre seré porfiado en su manejo, pues me viste y me desviste, cada vez que lo invoco, lo que me hace ser esclavo de sus caprichos.
Veo a cada rato la infamia y la injusticia, pasearse por mi lado, confrontando con pasión su lozanía, ante la realidad y la justicia.
Supongo que ya deben saber mi nombre, que por cierto, no fue consultado con nadie para escogerlo y si lo averiguan, díganme porque me pusieron,..... ¡Meñique!