Me gustaría que llegaras así un día...
En silencio, sólo con el ruido de tu corazón
Sin sombras, sólo con la luz de tu alma
Que no te percibiera, que sólo te presintiera

Lentamente, con paso firme
Abrazarme de repente, sin causarme sorpresa
Y decirme que me amas, no que me necesitas

Me besarías dulcemente, sin tocar mis labios
Cerraríamos los ojos, viendo únicamente nuestros sueños
Con nuestros cuerpos ausentes y nuestros espíritus presentes
Sabría que realmente me amas, y no lo que creo: que sólo me necesitas