Hoy me pongo en las botas del asesino, del lacerante...
Me pongo en las botas de este hombre de alma cansada, de esta victima de la desesperación... hoy grito el dolor de otros, hoy rompo sueños y destruyo ilusiones, hoy lloro las lagrimas de aquellos que ame, que no dejan de ser mías...

Hoy esta alma peregrina deja desilusión y frío...
deja rabia, ira y odio... deja muerte, deja soledad...

Hoy miro a través de mi... y la tristeza y el dolor
no es mas que el reflejo de una vida hermosa, puesta, alegre y sin sentido... donde los sentimientos son hechizos, por intentar nacer de mi interior dormido...

he burlado todo, cuanto en mi vida ha existido...
no soy mas que el interlocutor de un corazón que no encuentra una sola por mas volátil que sea razón, que le permita salir de este preludio obsesivo y eterno...

René