Deja que me plante frente a tu ventana para que florezca mi amor y mis raíces crezcan por todo el universo. Deja que me hunda en el mar de tu mirada para nadar hasta el abismo claro de tus ojos y ahogarme en tus caricias. Deja que te bese con el alma para robarte en un suspiro la pasión de tu encendida llama. Deja que te cante con mi voz para que escuches la proclama de mi amor y el susurrar de mis palabras a tu oído. Deja que te diga dos palabras, tan claras como el día, dos palabras, la esencia de mi vida: ¡Te amo!
Texto agregado el 28-06-2005, y leído por 120 visitantes. (1 voto)